no debe haber diferentes religiones que dice la biblia

Recuerdo que una vez vi a una muchacha en la iglesia utilizando corbata. Ciertos la miraban y pensaban en voz alta con aire raro: “Esperemos esta manía no se instale”. No podían comprender la razón de que una mujer bella, con fachada tan frágil, usara un accesorio tan masculino. «Quizás está en un nivel alto de estilo», afirmaban, suponiendo ignorantes en el tema de la tendencia. Gracias a la influencia del caso, brotó la duda entre nosotros: ¿es preciso que las mujeres cristianas adoptasen indumentarias propias de hombres (o al reves)?

No cabe duda de que la Biblia tiene respuestas para esta pregunta: “No va a vestir a la mujer vestido de hombre, ni el hombre va a vestir ropa de mujer; por el hecho de que abominación es en Jehová tu Dios cualquier persona que esto hace” (Deuteronomio 22:5). Este artículo es una explicación idónea para muchas inquietudes, pero ¿sabía que es fundamento de enorme discusión? Muchas personas lo emplea como forma de condenar a las mujeres cristianas que emplean pantalones. ¿Pero usted sabía que en la temporada en el momento en que Moisés escribió esto no existían los pantalones largos? Los vestidos de hombres y mujeres eran similares. Solo ciertos datos hacían la diferencia, como la ropa íntima. En ese tiempo, los hombres usaban una indumentaria del tipo falda, tal como las mujeres. Lo que distinguía la ropa masculina de la femenina era una suerte de cinto. El del hombre era de tonalidad mucho más neutra y el de la mujer era de vivos colores.

Una planificación

Para Ramos, “la comunicación es la clave del éxito”, puesto que, en su defecto, todo podría fallar. “Es esencial que desde el principio se hable de lo que van a formar parte, de qué manera les agradaría casarse, si planean tener hijos, ponerse en concordancia y llevar a cabo ese plan que tienen en común. El diálogo ha de ser incesante por el hecho de que más adelante podría mudarse de opinión”, recomienda.

Hay que estar según con qué prácticas religiosas desean para sus hijos, por poner un ejemplo, bautizo, comunión, etcétera. Esto habría de ser un tema de charla para eludir contradicciones en relación a la crianza.

¿Intercesor para la oración?

Un concepto básica del cristianismo es que el suplico ha de ser dirigido por medio de un intercesor —por poner un ejemplo, confesar los errores a un sacerdote—. Jesús mismo es un mediador, como él mismo ha dicho: «Ningún hombre se aproxima al Padre sino más bien a través mío».

En el judaísmo, el suplico es una cuestión completamente privada, entre cada sujeto y Dios. Como la Biblia afirma: «Dios está próximo a todo el que que lo llame realmente» (Cánticos 145: 18). Mucho más aún, los Diez Mandamientos dicen: «No tienes que tener otros dioses ante mí», o sea que está contraindicado poner un intercesor entre Dios y el hombre. (Véase Maimónides, Leyes de idolatría Cap. 1).

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