puede haber asignatura de religion en la educación pública

La educación en este país va a tener una exclusiva ley de Educación que no es tal, puesto que como su nombre señala, LOMLOE, es una coctel de ámbas últimas, la LOE y la LOMCE. Pero lo que verdaderamente requerimos es un giro de 180 grados en la política didáctica de este país si deseamos una educación para el bien común. Requerimos un cambio de rumbo extremista en tres puntos clave: supresión de recitales académicos; laicidad en la escuela y blindaje de la financiación de la educación pública sobre el 6% del PIB. Sobre estos ejes es requisito girar si deseamos aspirar a una educación pública de calidad, inclusiva, laica y gratis.

Exactamente entre los enormes inconvenientes de la educación es la imposición de la religión en los centros institucionales y en las facultades de Educación, herencia del nacionalcatolicismo. Esta anomalía histórica impide respetar la independencia de conciencia de los pequeños y pequeñas, educar sin dogmas y remover toda forma de adoctrinamiento en el currículo escolar y en la escuela. Además de esto, impide asegurar una convivencia plural donde todas y cada una la gente sean acogidas en igualdad de condiciones, sin permisos ni discriminaciones en función de sus particulares convicciones ideológicas.

¿Quién escoge Religión?

Merced a mi modesta experiencia de instructor de Religión en la enseñanza pública a lo largo de seis tutoriales, he comprobado la herramienta que tiene para la sociedad de la cual formamos parte esta asignatura: les expondré los desenlaces, si me lo dejan.

Para comenzar, retirarse a unos cuarteles parroquiales oa las academias donde el pescado ahora está vendido, piensa dejar de someternos a un control de calidad. En la pública, el alumnado que demanda la asignatura -la solicitan los pequeños y no sus progenitores, no nos engañemos- piensa cerca de una tercer parte del total en España (con enormes diferencias, en mi centro sobrepasa el 40% ). Abandonarlo no es congruente con la vocación enseñante y además de esto renunciar al reto de ser escogido, examinado y favorito no solo por los estudiantes, sino más bien por la red social didáctica generalmente.

Hacia la laicidad plena

La solicitud precisa que no tiene relación solo a los pactos respectivo en la Religión Católica, sino se prolonga a todas y cada una de las confesiones religiosas con las que el Estado llegó a pactos afines a fin de que se den a esos estudiantes que lo escojan. Las asociaciones requieren que se garantice la «plena laicidad de la enseñanza», a través de la expulsión de «la religión confesional de la Enseñanza» y esto «de manera inmediata», puesto que, piensan, se está financiando con dinero público el “adoctrinamiento espiritual en ningún centro escolar”. asignatura de Educación en Valores Civiles y Éticos se dé en los centros católicos en sintonía con su ideario propio, comprometiéndose las entidades a reclamar que las comunidades autónomas no confirmen una materia opción alternativa a la asignatura confesional ahora proteger la escuela pública. Y sucede que, denuncian, “se prosiguen construyendo distintas procesos de mercantilización y privatización de la Enseñanza, tanto a través de precarizar la enseñanza pública, como por medio de medidas de acompañamiento al campo privado, en la mayoría de los casos bajo contra ol ideológico de la “Iglesia católica”, que segrega a los estudiantes por fundamentos económicos y sociales, culpan.

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