mapa delas religiones de europa al final del siglo xvi

A inicios del siglo XX, la Iglesia católica no contemplaba en el horizonte graves modificaciones en su situación privilegiada. Pese a las desamortizaciones y revoluciones liberales del siglo XIX, el estado confesional había sido intacto. La Restauración de la monarquía borbónica, desde 1875, le abrió nuevos caminos de poder popular y también predominación y la aristocracia terrateniente y las buenas familias de la burguesía brindaron nuevos impulsos al renacimiento católico con varias donaciones de inmuebles y rentas a las congregaciones religiosas.

Caricatura sobre el papel de la Iglesia en el carlismo. Gaceta La Flaca de 1869.

CONSIDERACIONES FINALES

La independencia de meditar y opinar en seres metafísicos y sobrenaturales, tal como de adorarlos, es íntima de cada humano y salvaguardada por la Constitución de Brasil, tal como por los tratados y leyes de todo el mundo que Brasil asimismo suscribió. La variedad de ideologías, pensamientos, opiniones, siempre y cuando no interfieran en la independencia individual y la dignidad de cada humano, para dejar que el prejuicio, la intolerancia, el fundamentalismo sucumban a la paz y calma de los ciudadanos, ha de ser libre manifestado y protegido por la legislación. Los principios de la independencia de conciencia, tal como la independencia de opiniones, basados ​​en el arte. 5, inciso VI, de la Carta Política de Brasil, forma un término extenso, desde la independencia de profesar cualquier creencia religiosa, hasta la independencia de manifestar convicciones filosóficas desprovistas de carácter espiritual.

En este aspecto, la convivencia en una sociedad plural como la brasileira, en el sentido de las distintas maneras de religiosidad o aun de quienes no profesan ninguna religión, insta a que el Derecho, como sistema de reglas de principios y conducta que regula la sociedad relaciones, basadas a través de reglas concretas, puede ser baluarte en la conducción de una convivencia pacífica, incluyendo la imposición de medidas intervencionistas contra quienes, quizás, fomenten actos de intolerancia religiosa.

Causas iniciales que llevaron a esta situación confesional

Habría que buscar las causas de todo este terremoto confesional en la crisis religiosa medieval que derivó en las distintas reformas que se plasmaron en parte importante de Europa.

La desacreditada actitud eclesiástica, desde el Papa hasta el último de los clérigos, y las prácticas religiosas poco a poco más distanciadas del espíritu evangélico primigenio fueron caldo de cultivo bastante para la puesta en marcha de distintas ideas reformadoras que habían comenzado a aparecer en el siglo XIV.

¿Quién manda en una red social religiosa?

La Iglesia católica y las Iglesias orientales (tanto en comunión con Roma como autocéfalas) son regidos por una jerarquía: los obispos dirigen zonas locales (llamadas diócesis) y nombran curas para dirigir congregaciones particulares. En la Iglesia católica, la autoridad suprema la tiene el obispo de Roma, llamado “el Papa” (del latín “Petri Apostoli Potestatem Accipiens”, que significa “Lo que recibe la potestad representando a Pedro”). Es escogido por un Instituto cardenalicio y comunmente sirve para toda la vida.

Las Iglesias ortodoxas y orientales tienen la posibilidad de ser descritas como redes de iglesias en las que los obispos están “en comunión” unos con otros. No tienen una personalidad afín al Papa, a pesar de que los Patriarcas encabezan sobre algunas unas partes de la Iglesia. Las Iglesias anglicanas asimismo son episcopales (“dirigidas por obispos”) a su gobierno.

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