que piensan los estudiantes sobre la asignatura de religion catolica

La «novedosa apologética» que solicita nuestro tiempo Para educar a los pequeños y jóvenes en la fe, con una capacitación intelectual y ética sólida, resulta clave la calidad de la enseñanza escolar de la Religión. Sobre esto, el teólogo Aurelio Fernández, sacerdote y instructor, termina de difundir un atrayente ensayo (1). Resumimos los consejos que da para mostrar esta asignatura en la escuela.

Como experto en teología ética, Aurelio Fernández es siendo consciente de que un instructor de Religión debe sobrepasar no pocos óbices culturales y también intelectuales heredados por el auditorio (relativismo, positivismo, individualismo…), aparte de tener que enfrentar la general ignorancia de los estudiantes sobre Jesucristo y su doctrina. De ahí que advierte de entrada que, más allá de que la enseñanza de la religión es una exposición de la fe diferente tanto de la evangelización como de la catequesis, no se debe separarla totalmente de estos campos: los estudiantes precisan tener novedad de Jesucristo (evangelización) y presenciar la religión de manera personal y también íntima (catequesis).

Enfoques complementarios, no excluyentes

Como recuerdan Clarke y Woodhead, la educación religiosa es un factor indispensable en la capacitación de los institucionales, y puede abordarse desde distintas enfoques y según distintas grados. Una asignatura no confesional como la RE británica puede ser realmente importante en el momento en que no renuncia a su auténtico aspecto espiritual en razón de una pretendida laicidad.

Además de esto, es absolutamente lícito que asimismo permanezca una materia de carácter confesional. Las dos tienen la posibilidad de convivir sin inconvenientes en la escuela pública. El alumno que escoge cursar religión católica puede llevarlo a cabo por convicciones personales o por comprender “desde dentro” esta fe, si bien no sea la suya; si, por otro lado, desea estudiar el hecho espiritual “desde fuera”, va a adquirir una visión complementaria. De ahí que es un acierto que el gobierno español haya rectificado para hacer viable estudiar las dos materias al unísono. Queda por ver si, aparte de Cataluña, las otras comunidades asimismo eligen por integrar algún contenido espiritual en la asignatura de “valores”.

¿De qué forma lograrlo?

Continuar formando a instructores que tienen a su cargo la educación religiosa en sus instituciones, de manera estricta y sistemática. En este sentido, hay una aportación esencial de la Licenciatura en Ciencias Religiosas con modalidad virtual: proseguir estudiando sobre el tema para agrandar el fantasma geográfico y comprender verdaderamente qué se enseña en esta materia en Colombia; ofrecer una educación que “hace más fuerte la dimensión religiosa, la conciencia de lo espiritual y la opinión de las expresiones religiosas de una cierta cultura”.

Frente a la alarma que produjeron las pruebas PISA, el Ministerio de Educación Nacional preparó a los alumnos para la app de la prueba en 2015. Si se tuviese presente el estudio efectuado por los estudiosos javerianos , asimismo sería viable incidir en las políticas públicas por el hecho de que la educación religiosa puede jugar un papel clave. «Si nos encontramos intentando de crear un país diferente en clave de paz, de reconciliación, de reconocimiento de la diferencia, de diálogo entre las etnias que pertenecen a la nación, de respeto por el otro, requerimos apostarlo a un ERE diferente «, resalta el estudioso Balancee. Su compañero Gabriel Suárez, teólogo y pensador, lo repite diciendo: “Una ERE que de este modo ocurra puede hacer más simple una capacitación para la paz, la reconciliación, la justicia, la promesa activa…”

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