porque rechazar el islam es racista si es una religion

El objeto de este producto 1/ca pensar sobre las implicaciones teóricas y ideales de los estudios y publicaciones mucho más recientes sobre el fenómeno de la islamofobia en los países del Norte, primordialmente Europa y EE.UU. Nuestro planteo proseguirá 4 etapas:

Primero vamos a dar un corto resumen de los desarrollos contemporáneos en el campo universitario nuevo de los estudios sobre la islamofobia. Seguidamente, vamos a debatir los usos del término islamofobia en ciertas contribuciones mucho más esenciales de este campo de investigación. Examinaremos los inconvenientes producidos por la sepa sistemática de confrontación con las teorías críticas del racismo. En una tercera parte, traduciremos las secuelas teóricas del desafío que representa la islamofobia en un marco conceptual alterno mucho más con la capacidad de investigar el racismo antimusulmanes. Examinaremos la manera en que transporta a un grupo de principios escenciales de una crítica extremista y marxista del racismo. Al final concluiremos con ciertas recomendaciones sobre de qué manera estas consideraciones teóricas tienen la posibilidad de ser movilizadas en la actualidad en tácticas antirracistas.

Teoría de la raza y la racialización

Es fundamental determinar los conceptos de raza y racismo que se emplearán en este libroSobre los debates en torno al término en Francia, véase Sarah Mazouz, Race, París, Anamosa, 2020.. En forma de introducción, tenemos en cuenta el silogismo primordial de la negación de la islamofobia: 1/ La islamofobia es una crítica al islam; 2/ El islam no es una raza; por consiguiente 3/ La islamofobia no es racismoVéase, como un ejemplo habitual, Pascal Bruckner, Un racismo imaginario. Islamophobie et culpabilité, París, Grasset, 2017. Este razonamiento es mucho más que cuestionable, por decirlo delicadamente. Primeramente, hay un consenso científico prácticamente universal de que ninguna raza tiene una vida externa y objetiva. Ahora en 1911, el antropólogo de la Facultad de Columbia Franz Boas probó que la presunta pertenencia racial de un sujeto no establece su accionar ni sus habilidades intelectuales. Las conclusiones de Boas, afirmadas por los trabajos del sicólogo canadiense Otto Klineberg, no impidieron que el racismo floreciera y alcanzara su máximo nivel en el siglo XX. continuó. Por poner un ejemplo, en la década de 1960, Michael Banton argumentó que la raza es un fenómeno «socialmente construido» o un mero «alegato» en el sentido foucaultiano. Los antropólogos, por su lado, llegaron a la conclusión de que los conjuntos raciales no tienen la posibilidad de delimitarse objetivamente sobre la base de distinciones morfológicas o aun genéticas, todas y cada una progresivas y también irregulares: determinar los límites geográficos o culturales de una «raza » es, por consiguiente, un acto arbitrario y subjetivo, americananthro.org. La contestación al razonamiento islamófobo es, por consiguiente, fácil: si bien las etnias no hay objetivamente, hay en la cabeza del racista. Este último fenómeno es el que en este momento es objeto de los investigadores de la raza.

Las definiciones de raza sobran en la literatura, pero a efectos de este archivo la vamos a definir como prosigue:

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