persona que dirige el culto en la religion de china

Un achicado aparato que viene dentro eminentemente por los cronistas Justin Webster y también Ignacio Orovio inició en 2005 –un año tras el mayor atentado terrorista ocurrido en suelo europeo (11-M o 191M)– la investigación que a fines del año 2007 il iluminaría el reportaje The La capital española Connection, emitido por distintos televisiones en España y otros países de europa. El reportaje, exactamente la misma el libro que en este momento publica esta pareja de cronistas, tenía un propósito: contar la narración de los 2 jefes de la célula yihadista, Jamal Ahmidan (El Chino) y Sarhane ben Abdelmajid Fakhet (El Tunecino), 2 individuos de enorme manera distintas entre sí, un criminal relacionado al tráfico de drogas y un estudiante de ciencias económicas con intereses religiosos, cuyos caminos se cruzaron un día en España para terminar asesinando salvajemente a 191 personas en la madrileña estación de Atocha.

Yo formé una parte del aparato que logró el reportaje. Llegué después, en el mes de febrero del 2007, para ocuparme de las tareas de producción en La capital de españa, léase entrar en contacto a probables entrevistados, buscar pistas que nos trajesen nuevos presentes, seducir a presentes miedosos y ordenar las tareas de rodaje. Un trabajo duro y excitante como pocos. Pasaron un par de años desde el instante en que comenzó mi trabajo bajo el mando de Justin Webster, directivo del emprendimiento, y cerca de año y medio desde el momento en que vi por vez primera el resultado de nuestro trabajo. En este momento, memorando el quinto aniversario de la matanza, llega a las librerías el libro que Justin y también Ignacio prometían desde el instante en que se estrenó el reportaje: Conexión La capital española. De qué manera y por qué razón Sarhane y Jamal se transformaron en terroristas yihadistas (Debat, 2009).

La narrativa de una iglesia misionera

Al final, la narrativa de la iglesia misionera visualiza una ola vigorosa de mensajeros del evangelio, quizás la mayor de la historia, que van a ser mandados desde China a pueblos hasta la actualidad no conseguidos. Las organizaciones misioneras extranjeras, cautivadas por la visión de “Regreso a Jerusalén” de la iglesia china y que resulta mucho más bien difícil reclutar en el hogar, se apuran a equipar esta novedosa fuerza misionera con las últimas tácticas libres.

En verdad, la iglesia china está construyendo sus construcciones de movilización y envío. Se calcula que entre 1.000 y 1.500 trabajadores interculturales en un largo plazo se han desplegado de manera exitosa en campos fuera de China. Tristemente, frecuentemente este número volvió a China desilusionado gracias a una preparación deficiente o inexistente, enfrentamientos en el campo, retos culturales o la carencia de acompañamiento de sus iglesias locales. Si bien estos misioneros precisan mucho más acompañamiento local (e inclusive quizás algún acompañamiento estratégico de Occidente), el hecho es que la iglesia en China ahora crea su fuerza misionera y mandando esta fuerza al campo. En otras expresiones, la iglesia china no requiere intervención y liderazgo occidental para ser una iglesia misional.

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