La desaparición como un tema tabú se considera entre los temas mucho más complejos ahora lo largo de nuestro avance popular no se nos prepara para encararla, procesarla y comprenderla como una parte del período de la vida.
Si bien la desaparición es una época ineludible de la vida, durante nuestro desarrollo no se nos forma ni se prepara para encararla, por el hecho de que se considera como un tema tabú. Algo de lo que no es requisito charlar o un tema que es preferible eludir.
Tan presente y tan extraña
(Martín Gelabert Ballester, O.P.- Catedrático de la Capacitad de Teología de Valencia) No hay nada en este planeta tan presente como la desaparición. Está tan presente como la vida. Todo cuanto nace, muere. Nacer es estar designado a la desaparición. No hay vida sin muerte. Y, no obstante, se charla considerablemente más de la vida que de la desaparición. Semeja que sobre la desaparición hay poco que decir. Aun es preferible no decir nada. No es tema de charla; está mal visto charlar de esto. En ocasiones, y es un signo mucho más de de qué manera se desea omitir el tema, se hacen gracietas. Halloween, con sus referencias al mucho más allí y al reino de los fallecidos, es una forma de bromear un tema tan serio. Pues tomarlo seriamente semeja que deprime. Especialmente si se considera que «no existe nada que llevar a cabo». O peor aún: que la desaparición es el “sin retorno”.
Las ganas de llevar a cabo ocultar la desaparición de la conciencia no evitan que la tengamos presente: en las películas, en las novedades… Y, si bien mencionamos que no nos atrae, y todos, de entrada, nos posicionamos contra la desaparición y a favor de la vida, hay datos que deberían hacernos meditar en la realidad de este posicionamiento. Pienso en la proporción de muertes que provocamos en todas y cada una partes con nuestras políticas económicas, nuestras guerras, o la explotación del enclenque y desprotegido. Y asimismo en que todos somos muy comprensivos en frente de la desaparición, en el momento en que lo que muere es el contrincante o lo que nos cae mal.
Transcripción
Una parte del padre mientras significante, esto es, el Nombre del Padre, término que supone al padre fallecido. Desde Freud, la identificación en el padre es principal. El padre se muestra como el que encabeza la primera identificación por ser merecedor del amor. El padre es amor, es la primera cosa que hay que querer en este planeta.
Otro término que aparece con relación al amor al padre es el padre original al que los hijos han matado, y después cierto orden resulta del amor por ese padre fallecido; no solo fallecido, sino más bien ejecutado. Interrogado por hablar del origen del Padre, Lacan nos expone que Freud responde ideando el mito de Tótem y Tabú.
Creador: Víctor Montoya
Víctor Montoya es escritor, pedagogo y periodista cultural. Creador de sobra de diez libros, entre novelas, cuentos, ensayos y crónicas. Redacta para publicaciones en América Latina, Europa y USA. Hoy día radica en Estocolmo.