obras literarias que traten la religión de la edad media

Reanudamos nuestro periplo por la Historia de las Bibliotecas en la Alta Edad Media, que una parte de la Antigüedad y llega hasta el s. XII. La predominación de la Iglesia y de la religión va consiguiendo cada vez mayor peso. En verdad, la parte clave para la civilización del libro y las bibliotecas en la Alta Edad Media es el monasterio. La dedicación a los libros en la vida monástica tiene en parte importante su explicación de que los monasterios proseguían la regla de San Benito, que establecía la división de la día entre el trabajo manual, la oración y la lectura («ora te labora») . Esta lectura podía ser en privado, en la celda o en el claustro, o asimismo con apariencia de trabajo, traduciendo o copiando libros que ya están. De ahí que, había en los monasterios esenciales un scriptorium, salón donde los frailes generaban libros para empleo del propio monasterio. De esta manera se conformaba con una compilación de libros que comunmente cabían en un armario. De ahí que, el responsable y supervisor de los trabajos del escritorio fuera el armario. Otros oficios relacionados eran el copista (lo que copiaba), rubricator (lo que alumbraba y dibujaba las letras capitales) o ligator (lo que encuadernaba). La manera prácticamente única que toma el libro medieval es el códice manuscrito sobre pergamino, si bien hasta el s. XV se usaron minoritariamente otros aguantes escritorios ahora populares como las tabletas o el papiro. El pergamino se conseguía eminentemente de pieles de corderos, cabras y terneros tratadas convenientemente. Una vez cortado, se trazaban las guías y se escribía con pluma de pájaro o cálamo de caña, dejando hueco para las iniciales. Se ornamentaban con diferentes colores, si bien asimismo se dibujan imágenes de Cristo o miniaturas, que suponen los primeros pasos del arte de la iluminación de libros. La pobreza extendida logró aparecer el fenómeno de los palimpsestos, manuscritos reutilizados tras ser eliminados a través de un raspado, como el Codex Ovetensis de El Escorial.

Los visigodos se establecieron en la Península Ibérica en el s. VI, escogiendo Toledo como capital. La figura mucho más destacable de esta temporada para la historia del libro y las bibliotecas fue indudablemente San Isidoro de Sevilla. Entre él y su hermano San Leandro consiguieron reunir una grande biblioteca que serviría a San Isidro para redactar sus “Etimologías”, obra universal de relevancia capital a lo largo de toda la Edad Media.

religión

Entre las partes que conforman esta obra está dedicada al libro ahora las bibliotecas.

Peculiaridades de la literatura medieval

Desde una visión muy amplia y extensa, la literatura medieval se identifica por:

  • Se puede clasificar en 2 partes: la literatura religiosa, manada de la Iglesia y de todo el mundo de la civilización cristiana, y la literatura profana, menos abundante, manada del pueblo.
  • Muestra un predominio absoluto de los valores cristianos en las distintas maneras de literatura, desde la lírica hasta la narrativa. Esto supone en varias oportunidades una referencia directa a Cristo o al Evangelio, oa ocasiones una simbología aproximadamente enmascarada, donde frecuentemente se “cristianizó” el imaginario clásico de los pueblos celtas, germánicos y anglosajones, por servirnos de un ejemplo.
  • Sobran los contenidos escritos anónimos, singularmente en la literatura profana, con distintas ediciones que vienen de la tradición oral habitual. De manera frecuente esto se origina por las activas de censura eclesiástica o fiscalización que había sobre los contenidos escritos, ya que las masas populares eran iletradas y la circulación de la palabra redactada se encontraba muy limitada.
  • En contraste, varios de sus autores populares fueron progenitores eclesiásticos, monjas o curas, en cuyas proyectos se indagaban conceptos de teología, filosofía, liturgia o se hacían críticas veladas en nuestra Iglesia.
  • Sus proyectos muestran una marca de oralidad esencial, ya que con frecuencia eran leídas en su audiencia, mucho más que leídas en silencio, lo que se traduce en un predominio esencial del verso, puesto que posibilita la memorización de las líneas.
  • Por otro lado, el didactismo fue un aspecto esencial en esta literatura, tal es así que le acompañaba un espíritu moralizante, educativo.
  • En un inicio fue compuesta toda en latín, pero conforme avanzaban los siglos comenzó a escribirse en lenguas vernáculas. Tanto la lengua inglesa como la lengua francesa medievales tuvieron su instante de gloria como lengua de las letras medievales, al paso que el español tuvo su apogeo hacia finales del periodo, a lo largo del Barroco.
  • Los géneros mucho más cultivados fueron el drama (las sagas), la fábula, la lírica y, hacia el desenlace de la edad media, la novela.

Cantar de Roldán de un creador francés anónimo

En esta lista de las mejores proyectos de la literatura medieval tampoco podía faltarnos el mítico Cantar de Roldán, obra redactada a los primeros años de la literatura medieval, en concreto finales del siglo XI, en los que se narran los hechos de la guerra de Ronces vales a que en tantas ocasiones se se refiere a la literatura. Para esto, se emplea la manera de un poema épico, formado asimismo usado en la literatura tradicional, donde los versos terminan de crear ese cantar de hazaña que pasó a la historia. Si bien en un primer término no tiene la firma de un creador al que atribuir ese cantar, se podría llegar a meditar que fue escrito por un monje francés de nombre Turoldo.

Decamerón, del enorme Giovanni Boccacio, es otra de las piezas maestras de la literatura medieval transformándose en entre las piezas angulares de esta temporada, obra de la que aún el día de hoy se recuerda su nombre y que, como la Divina comedia, fué amoldada en varias oportunidades. En Decamerón nos vamos a encontrar con una recopilación de cien cuentos desarrollados entre los años 1351 y 1353. Esta vez Bocaccio deja un tanto mucho más a un lado la temática puramente religiosa tan importante en la temporada para emprender otros temas como el cariño, la fortuna o aun el intelecto. De ahí que esta obra marcó un antes y un después, marcado esta raya entre la literatura de la edad media y la renacentista que no tardaría en imponerse.

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