musulmanes y visigodos aspectos en comun segun su religion

Una investigación genético reveló que no hay indicio árabe en la población andaluza. La novedad, que se desplaza en un resbaladizo territorio previo a 1945 al charlar de “huella genética musulmana”, mantiene que este hallazgo provocará un enfrentamiento entre científicos y también historiadores. No pienso que ningún integrante de este segundo colectivo se haya asombrado bastante. Para usar referencias conocidas, la llegada de elites líderes, romanos, visigodos o musulmanes, tiene mucho más que ver con la entronización de los Baratheon o los Lannisters que con una migración masiva. Su legado es más que nada cultural: leyes, prácticas, religión, lengua, moneda… No aportan nada, sino más bien memes.

Tariq, bereber, entró en la península con menos de diez.000 hombres, en la mayoría de los casos procedentes del norte de África, como él. Inmediatamente antes de la guerra del río Guadalete, recibió el acompañamiento de otros 5.000 hombres, asimismo bereberes. Tras el triunfo, el yemení Muza desembarcó en Cádiz con otros 18.000 hombres, de procedencia mezclada, y juntos conquistaron la península en una campaña que combinó la victoria militar con el pacto de sumisión. Una vez estabilizado el territorio, hubo mucho más emigraciones del norte de África, territorio que asimismo perteneció al imperio de roma, como Hispania. Se estima que la población peninsular esos años se encontraba entre los tres y los 4 miles de individuos, lo que quiere decir que la novedosa población, en la mayoría de los casos del norte de África, se encontraba en torno al 1%. Abderramán se impuso al emir Yusuf con 5.000 hombres, de procedencia siria, yemení y bereber. Hubo musulmanes en España, pero no eran árabes, sino más bien norteafricanos y, más que nada, autóctonos.

La relevancia de la religión en el planeta visigodo.

A lo largo del periodo visigodo la religión se transformó en el primordial eje de la sociedad. La iglesia ejercitaba un control político, popular, judicial y económico, fue la auténtica compañera de los reyes visigodos. No se debe olvidar que la iglesia visigoda padeció una profunda transformación durante los prácticamente tres siglos que dominaron en Hispana, los visigodos llegaron como arrianos y terminaron transformados en paladines del catolicismo de roma. Según las crónicas de la temporada, Luis del Rey nos cuenta que había unas 70 sedes episcopales distribuidas por toda la Península y la Narbonense. Seis eran las primordiales y adquirieron el papel de sus metropolitas; Toledo, Mérida, Sevilla, Tarragona, Braga y Narbona.

Estas sedes metropolitanas debieron estar dotadas de complejos episcopales de diferente tamaño en función de su relevancia. En todos ellos debían hallarse elementos recurrentes: La Basílica o Catedral era rincón de acercamiento con los leales, comunmente eran creaciones de planta de cruz latina y las mucho más enormes tenían tres naves separadas por arquerías rematadas con un ábside primordial, cuadrado o semicircular ; Baptisterio, rincón de bautizo de los leales dotado de una enorme pila bautismal; Palacio episcopal, o vivienda primordial del Obispo; y al final un Sala para la celebración de los sínodos.

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