monja de la religión de santa teresa de avila

Teresa de Ávila fue santa. Esto no quiere decir que su historia haya sido fácil. Mucho más bien, debió enfrentar instantes de enorme tormenta para ver precisamente lo que Dios le solicitaba. Sus fragilidades anatómicos y espirituales e inclusive el largo periodo de mediocridad que pasó siendo religiosa formaron una parte de ese sendero.

Varios instantes bien difíciles en la vida de Santa Teresa la forjaron internamente: La desaparición de su madre en el momento en que ella tenía solo 13 años, las muchas patologías que comenzó a padecer, inmediatamente después de haber profesado sus votos perpetuos, los periodos de desolación espiritual, la alta sensibilidad que debía hacerla plañir de forma fácil o ser incomprendida por varios contemporáneos suyos que creían que las reformas que planteaba para su red social serían una disparidad y estarían destinadas al fracaso.

¿Qué es el Carmelo?

El Monte Carmelo, es un espacio bíblico, una pequeña montaña cerca de Haifa. Este ubicación está singularmente relacionado al profeta Elías. Aquí tuvo comienzo la familia “Orden del Carmen”.

Las monjas carmelitas, eran consideradas en tiempos de Teresa como la segunda “Orden del Carmen”. En tiempos de la Santa, el sitio bíblico del Monte Carmelo prosigue descuidado, en posesión de los musulmanes. Solo en el siglo siguiente (1631) lo recobrará heroicamente uno de sus descalzos, el de La Rioja P.

cristo

Próspero.

Alterar de vida

Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada nació en 1515. Su familia era muy acomodada y de joven ella procuraba la aprobación de la gente vistiendo a la tendencia, luciendo joyas y maquillaje. Era entusiasta de los libros de caballería que leía ocultas de su padre. Deseaba aun imitar la vida de los individuos. Además de esto, sus amigos eran personas cotillas.

Ser monja no se encontraba en sus proyectos

Su madre murió en el momento en que Teresa solo tenía 13 años. Ella solicitó entonces a la Virgen que la hiciese suya, pero proseguía en sus sueños mundanos y -según asegura en su «Vida»- se sentía «enemiguísima de ser monja».

No obstante, su padre decidió internarla en 1531 en el instituto de Gràcia, llevado por monjas agustinas, entre otros muchos fundamentos pues no veía bien la relación de la joven con su primo. Teresa añorará allí ese primer amor, pero asegura que pese a esto está a gusto.

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