Producto anunciado inicialmente el 08 de abril de 2018 en la versión previo de Filosofía en la Red. no bien trabados, sin un símbolo de fe definido ni unas escrituras preceptivas. En otras expresiones, en los primeros siglos de nuestra era concurrían unas interpretaciones religiosas y unos ritos prácticamente tan varios como las comunidades cristianas que ya están.
La desaparición según las religiones habituales
Desde el comienzo de la historia del humano, la desaparición es una cosa que ha preocupado y asustado. ¿Qué hay tras ella?
- Para el cristianismo, el sentido de la vida es lograr la vida eterna tras la desaparición. El católico vive según las enseñanzas de Jesús de Nazaret con el propósito de lograr la deseada vida eterna y bajo el lema de “quiere a tu prójimo como Dios te quiere a ti”. En el cristianismo la desaparición es «el tránsito entre lo que es la vida temporal y la vida determinante». La promesa donde nos encontramos llamados a confiar, en el momento en que la música semeja detenerse para un individuo cercano, o la música en la ¿nuestra vida se ve interrumpida por un silencio espantoso?
Es una enorme promesa de un Dios pactante y agradable: es la promesa de que en y por Cristo, “la creación misma va a ser liberada de su esclavitud a la caída y conseguirá la independencia de la gloria de los hijos de Dios» (Romanos 8:21). Es una enorme promesa para todo el cosmos, considerablemente mayor que las visiones banales del cielo que nuestra cultura acostumbra evocar. Nuestra promesa celestial es mayor que una lista de cosas por llevar a cabo o una ocasión de efectuar ocupaciones agradables sin los límites del tiempo.Es una promesa que supone que la creación se arrodille frente Cristo, el auténtico Rey, uniéndose en muchas lenguas y etnias para cantar: «‘Digno es el Cordero que va ser sacrificado por recibir poder, riqueza, sabiduría y fuerza y el honor y la gloria y la bendición». (Apocalipsis 5:12)
EL ISLAM Y LA MUERTE
Si bien el islamismo es la manera de religión mucho más joven de las tres occidentales, demanda para sí mismo la singularidad y la singularidad adecuada de las religiones monoteístas.
El Islam fue desarrollado por Mahoma (siglo VI dC) que se considera como el último profeta de una saga de mensajeros divinos, en los que se muestran Jesús y Moisés, y cuyo primer eslabón el dirige Abraham.