La rumugación del pensamiento, asimismo famosa como pensamientos obsesivos o circulares consisten en la fijación sobre una sola iniciativa, a la que se le da vueltas a lo largo de periodos largos de tiempo. La temática es negativa y hace aparición en instantes de agobio o anomalías de la salud como la depresión o la ansiedad. Desarrollan malestar a quien le padece y, al procurar detenerlos, llegan a acrecentar. La asistencia sicológica es indispensable en el régimen.
Nuestras conmuevas y nuestros pensamientos son una sección, no solo esencial en nuestra vida, sino más bien ineludible. Sentimos y pensamos durante todo el día, si bien no seamos siendo conscientes de ello. Pasa inadvertido por el cambio de foco de nuestro entendimiento: no puede atender todos y cada uno de los estímulos al unísono y elige a esos que considera esenciales en ese instante. En el momento en que se muestran los pensamientos obsesivos, nuestro primer impulso es estimar detenerlos, algo irrealizable. Nuestro entendimiento jamás deja de generar, y al estimar supervisar lo incontrolable, nos frustramos, sentimos culpa y una mayor ansiedad. Nos predisponemos a nosotros a proseguir con el círculo vicioso, algo que asimismo se retroalimenta de lo que vivimos en ese instante. Para comprenderlo, pensamos en lo siguiente: si tengo una botella de agua vacía y también intento sumergirla en agua, el aire de su interior nos complica. Debemos batallar y pelear por algo que no lograremos. Esperar que una botella vacía se quede quita en el fondo del agua es como esperar que nuestro entendimiento detenga los pensamientos; solo nos producirá cansancio y frustración.
Conciencia y conciencia, tejidas con exactamente el mismo hilo
Para comprender qué es el despertar de la conciencia, debemos tener claro qué es conciencia y qué es conciencia. Según la R.A.Y también, la conciencia es la actividad mental del propio sujeto que deja sentirse que se encuentra en el planeta y en la verdad. Por su lado, la conciencia es el acto psíquico por el que un sujeto se siente a sí mismo en el planeta. Por consiguiente, el despertar de la conciencia se genera en el momento en que la persona no solo es siendo consciente de que está que se encuentra en el planeta, que hay, sino es algo o alguien con relación a él.
Esto lo tenemos la posibilidad de comprender asimismo de qué manera percatarnos de nuestra trascendencia. En ese instante, se prende una chispa en nosotros que nos hace dudar de todo cuanto nos contaron. Y llegados a este punto, tenemos la posibilidad de conformarnos con lo que conocemos, o sobrepasar nuestros temores y también inseguridades para salir de la caverna.