Entre nosotros, el nombre de Calderón de la Barca solo hace aparición en alguna nota periodística en el momento en que es recitado por un popular político local; o en el momento en que se organizan enormes puestas en escena de una de sus cimas, El enorme teatro de todo el mundo. Después, la relevancia y el valor de la creación literaria pasan inadvertidos para una prensa y una sociedad menos identificada con temas que se relacionen con la civilización que el hombre causó en otras temporadas, menos cargada de tecnología pero mucho más pródiga en espiritualidad y humanismo. Calderón de la Barca, genio del Siglo de Oro español, hace pensar a sus leyentes, premunit de un sentido espiritual profundo, propio de su temporada. Conozcamos un tanto mucho más sobre el creador de La vida se sueño.
Corto introducción a la obra de Calderón de la Barca
Antes de comenzar a listar las proyectos mucho más esenciales de Calderón de la Barca es esencial que conozcamos un tanto mejor el creador. Nació en el seno de una familia de la nobleza de españa, su padre era secretario del Estado Español y él era el tercero de cinco hermanos.
Desde 1608 y hasta 1613 estuvo aprendiendo en los Jesuitas, una predominación que pervivió mucho en su trayectoria y en sus escritos. Los puntos religiosos son rebosantes en la obra de Calderón y consiguieron hacer una manera única. Calderón estuvo muy bajo la influencia por las causas religiosos, algo que podemos consultar tanto en su historia como en su obra. Pero entramos a investigar mejor las proyectos mucho más esenciales de Calderón de la Barca para saber su legado teatral y literario.
Calderón de la Barca: Sacerdote
Tras dejar el ejército en 1642, Calderón de la Barca entra al servicio del Duque de Alba. A lo largo de la década de los 40 se enfoca en el tema espiritual, quizá por el largo desafío que se impone en 1644 por la desaparición de la reina Isabel, y del príncipe Baltasar después, que trae como resultado el cierre de los teatros y la prohibición de las representaciones teatrales. Además de esto, estos años encajan con ciertas vivencias personales muy duras, como la desaparición de sus 2 hermanos y el viable nacimiento de su hijo, apunte bien difícil de corroborar, que terminarán afectando a nuestro creador, llevándole a ordenarse sacerdote en 1651 y llevar una vida de retiro a Toledo como Capellán de los Reyes nuevos.
En este periodo, Calderón se replanteará lo que redacta y escoge eliminar las comedias que le hacen popular por su representación en los “corrales”. Cambia de género obligado por el sacerdocio que ejerce, pero se enfoca en las piezas mitológicas y musicales, tal como en actuaciones sacramentales, género este último que le va a llevar a la cima expresiva.
El príncipe incesante (
El príncipe incesante (1636)
Pedro Calderón de la Barca escribió su tercera obra de teatro en 1629, si bien esta se publicó príncipe incesante es una catástrofe en tres actos
Una obra de extensos contrastes, bien difícil de ordenar
La obra de Calderón de la Barca tiene enormes aspectos de pluralidad y contraste y escena dentro una interpretación de largo alcance caracterizada por la dificultad de pensamiento, según José María Díez Borque, “Si la síntesis y articulación de las artes se encuentra dentro de los principios escenciales de la estética barroca, en Calderón (coleccionista, además de esto, y teorético) de la pintura) se transporta a sus últimas secuelas.”
Como resultado, ordenar y clasificar las proyectos teatrales del intelectual madrileño es una labor enorme, por el extendido de su creación. recuento efectuado por él mismo meses antes de su muerte, Calderón de y también la Barca causó ciento diez comedias, ochenta coches sacramentales mucho más un número impreciso de otras proyectos breves.