La instagramer somalí @Ugaasadda tiene cientos de seguidores por sus fotografías luciendo su hiyab / Instagram
El velo islámico , o hiyab, jamás había llenado muchos sucesos como en los últimos tiempos. Las revueltas árabes, la guerra de Siria y la coherente crisis de los asilados que escapan a Europa del horror de la guerra ha avivado y extendido un enfrentamiento que apunta los símbolos de la civilización islámica en un intento de ofrecer una explicación a lo irreconocible. Muchas mujeres islámicas llevan velo pero es conveniente comprender que no todas y cada una lo hacen motivadas por exactamente las mismas situaciones. Y asimismo, por qué razón no, ver a los símiles a nuestra cultura que probablemente se nos hayan pasado por prominente. Estas son ciertas causas para argumentar la utilización del velo.
¿Qué afirma el Corán sobre la indumentaria de las mujeres?
El Corán jamás relata la palabra «velo», enseña en esta nota de CNN Abed Awad.
«Di a las mujeres fieles que bajen la mirada y cuiden sus partes íntimas, y que no hagan ver sus atractivos, salvo lo aparente. Y que envuelvan sus chalets cerca del escote, y que revelen sus atractivos solo en frente de sus maridos…», afirma el verso 24:31 del libro sagrado del islam.
Existen muchas musulmanas que deciden no usar el hiyab, pues precisamente es dependiente de la interpretación que cada una tenga sobre el Corán. ¿Por qué razón decidiste no usarlo?
«La práctica activa del Islam llegó a Kirguizistán tras la caída de la Unión Soviética.
Evidentemente, había gente que lo practicaba antes, pero eran castigados si los descubrían. Mis progenitores, por servirnos de un ejemplo, que nacieron en tiempos de Lenin, no son religiosamente activos. No obstante, desde mi generación singularmente hace unos 5 o 7 años, el Islam fue cobrando relevancia. Yo soy religiosa pero no activa. Creo en Allah, y en nuestro Enorme Profeta Mahoma, pero no leo namaz todos y cada uno de los días. Para mí es más esencial rezar a mi modo y charlar con Allah no solo a lo largo del horario particularmente designado para llevarlo a cabo, sino hablo con Él en el momento en que siento la necesidad. Como otros musulmanes activos, no empleo el hiyab ni el velo por mi forma de meditar. Pienso que lo esencial es opinar con el corazón, no con la ropa. A lo largo de un buen tiempo pensé que las mujeres que usaban hiyab eran verdaderas seguidoras del Islam, al paso que las que no lo utilizábamos éramos las llenes huelgas. Tras bastante ver, me percaté de que estas mujeres no eran perfectas o libres de errores, puesto que muchas usan el hiyab como una máscara para ocultar su auténtica cara. Por poner un ejemplo, en Estambul entré en choque al notar a estas mujeres «perfectas» fumando en áreas públicas sin sentir si bien sea algo de vergüenza. Yo pensaba que estas mujeres eran un modelo a proseguir para nosotros, pero no obstante asimismo tienen un fallecido en su alacena. Entonces, estos descubrimientos me persuadieron aún mucho más a ser una mujer habitual a estas fieles que no coinciden con sus acciones.»- Meerim, Kirguizistán
Con Meerim en Kirguizistán