“Mi visita a Irlanda, aparte de la enorme alegría, asimismo debió asumir el mal y la amargura del padecimiento provocado en este país por las distintas maneras de abuso, aun por la parte de integrantes de la Iglesia, y dado que las autoridades eclesiásticas anteriormente no fuimos capaces de enfrentar apropiadamente estos crímenes”.
De esta manera lo aseveró el Pontífice en su audiencia general de este miércoles en el Vaticano, al lamentar que las autoridades eclesiásticas irlandesas no hubiesen contestado oportunamente a los delitos de abusos sexuales.
Rosario de los 7 Dolores
Por norma general hay que rezar un Padrenuestro seguido de siete Ave Marías, como producto de cada mal sufrido por la muy santa Virgen. Hay que solicitarle a esta divinidad que dé la sabiduría para comprender el mal cometido y de este modo recibir un auténtico auténtico arrepentimiento. Este sagrado acto deja juntar los dolores de todos los devotos al lado de los de la Virgen María, así como ella padeció con su Hijo, de este modo se consigue la redención de los errores tanto a nivel personal para el planeta entero.
Oh grande y poderoso Señor Jesús, me acerco a ti con humildad para solicitarte que me disculpes, me arrepiento absolutamente de todos los errores que he cometido.
Suplico que escuches mi lamento y que me dejes recibir tu perdón, llene cada día de tu amor, Amén.
De dónde procedió esta proporción de fetos
Los fetos los hallaron en distintas situaciones y sitios a lo largo del periodo 2017 – 2021.
Cada uno de ellos tuvo abierto un desarrollo investigativo, explicó el teniente coronel Jorge Torres Sarmiento, jefe de Medicina Legal de la Región 8.
Segundo Mal: La Fuga a Egipto
Tras haberse llegado a marchar, uno ángel del Señor se le apareció a sueños a José y le ha dicho lo siguiente:
“Levántate, toma al niño y su madre, y escapa a Egipto; quedate allí hasta el momento en que te avise, por el hecho de que Herodes procurará al niño para terminar con él”. Él se levantó, tomó al niño y su madre, a la noche y salió a Egipto. Allí estuvo hasta la desaparición de Herodes, a fin de que se cumpliese lo que anunció el Señor por el profeta al decir: “De Egipto llamé a mi hijo”.