la importancia de la religion en la reconquista española

¿Qué fue la Reconquista? En 711 los musulmanes llenan prácticamente toda España. Solo la zona montañosa del Norte quedó a cargo de los españoles. Desde allí los reinos cristianos se publicaron a reconquistar el territorio. Desde el triunfo de Covadonga, en el año 722, se empezará un retardado pero persistente avance hacia el sur. Brotaron los reinos de Asturias, Leon, Navarra, Portugal, Castilla y Aragón. Por último, en 1492, en tiempos de los reyes católicos, la presa de Granada, último bastión musulmán, va a poner fin a la reconquista.

¿De qué forma era la sociedad en los reinos cristianos a lo largo de la reconquista? El reparto de la tierra que se iba reconquistando favoreció a la nobleza guerrera, que fue juntando enormes pertenencias que dedicarían más que nada a la ganadería. Había musulmanes que continuaban en los territorios cristianos. Se les llamaba mudéjares y se dedicaban a la agricultura ahora la pequeña industria. Asimismo era abundante en estas zonas la red social judía que se dedicaba al comercio, a los préstamos y al artesanado. Los musulmanes y judíos eran tan varios en varias zonas como los cristianos.

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3 La situación de la península consigue su máximo deterioro desde 1808. No es tanto una crisis política lo que se vive desde ese momento como una asoladora crisis de legitimidad. La dinastía borbónica está fuera del país, retenida por Napoleón y también invalidada para reclamar el poder por la obligada abdicación de Fernando VII, cuando menos desde un criterio formal. José Bonaparte, en el otro radical, es respondido por la mayor parte de los españoles, exasperados por la invasión y por el accionar de las tropas francesas en la conducción de la guerra. Parecía precisa una solución de urgencia para agradar ese vacío y la convocatoria de unas Cortes se presentaba como entre las pocas vías de acción. En Cádiz se procuró lograr de este modo un convenio entre españoles de las distintas tendencias para detallar instituciones capaces de terminar con el desgobierno y, al fin y al cabo, reconstruir el poder político en España, interrumpido y desarticulado en los primeros años del siglo XIX. La tarea de los miembros del congreso de los diputados gaditanos era siempre fundacional: no solo debían argumentar por el hecho de que adoptaban cierta forma de gobierno, ciertas instituciones, sino más bien asimismo argumentar qué títulos les acreditaban para esto. Fue el ineludible recurso a la historia como fuente de legitimidad de su tarea lo que abrió el sendero a fin de que, adjuntado con las interpretaciones del pasado, la religión estuviera de nuevo que se encuentra en las deliberaciones políticas: la acumulación de mitos que desde hace tiempo había predeterminado un nexo fundamental entre España y el catolicismo logró que, salvo extrañas salvedades, los miembros del congreso de los diputados no percibieran diferencias entre charlar del pasado y charlar de la fe. Como el poder que deseaban instaurar en España no podía desentenderse de la historia, tampoco podía llevarlo a cabo del catolicismo. Aquí, precisamente aquí, empieza el inconveniente espiritual en España, el inconveniente espiritual en los términos en los que quieren resolverlo la República y Azaña.

Secuelas

Las primordiales secuelas de la Reconquista fueron las próximas:

  • Los musulmanes fueron expulsados ​​finalmente de la península ibérica. Esos que continuaron en los reinos cristianos debieron transformarse al cristianismo o exilarse.
  • Los judíos, que habían convivido pacíficamente con cristianos y musulmanes a lo largo de una gran parte de la Reconquista, fueron expulsados ​​por los reyes católicos en 1492.
  • La cristiandad se robusteció y se robusteció Granada, la caída de Constantinopla (1453) y el progreso de los turcos otomanos sobre la península de los Balcanes.
  • Los reinos cristianos repoblaron las tierras conquistadas a los musulmanes con ciudades cristianas que vienen de las ubicaciones montañosas del norte y de los Pirineos.
  • Las mezquitas musulmanas fueron demolidas o transformadas en santuarios cristianos.

    cristo

  • El objetivo de la Reconquista abrió paso a la unificación de España, que se concretó en 1516 tras la llegada al trono de Carlos I, nieto de Isabel de Castilla y de Fernando ‘Aragón.
  • La Reconquista se alargó en la conquista de Ceuta, Tánger, Melilla y otras ciudades de la costa del norte de África, a consecuencia de la continuidad del espíritu de cruzada contra los musulmanes.

el origen del inconveniente espiritual

La situación de la península consigue su máximo deterioro desde 1808. No es tanto una crisis política lo que se vive desde ese momento como una asoladora crisis de legitimidad. La dinastía borbónica está fuera del país, retenida por Napoleón y también invalidada para reclamar el poder por la obligada abdicación de Fernando VII, cuando menos desde un criterio formal. José Bonaparte, en el otro radical, es respondido por la mayor parte de los españoles, exasperados por la invasión y por el accionar de las tropas francesas en la conducción de la guerra. Parecía precisa una solución de urgencia para agradar ese vacío y la convocatoria de unas Cortes se presentaba como entre las pocas vías de acción. En Cádiz se procuró lograr de este modo un convenio entre españoles de las distintas tendencias para detallar instituciones capaces de terminar con el desgobierno y, al fin y al cabo, reconstruir el poder político en España, interrumpido y desarticulado en los primeros años del siglo XIX. La tarea de los miembros del congreso de los diputados gaditanos era siempre fundacional: no solo debían argumentar por el hecho de que adoptaban cierta forma de gobierno, ciertas instituciones, sino más bien asimismo argumentar qué títulos les acreditaban para esto. Fue el ineludible recurso a la historia como fuente de legitimidad de su tarea lo que abrió el sendero a fin de que, adjuntado con las interpretaciones del pasado, la religión estuviera de nuevo que se encuentra en las deliberaciones políticas: la acumulación de mitos que desde hace tiempo había predeterminado un nexo fundamental entre España y el catolicismo logró que, salvo extrañas salvedades, los miembros del congreso de los diputados no percibieran diferencias entre charlar del pasado y charlar de la fe. Como el poder que deseaban instaurar en España no podía desentenderse de la historia, tampoco podía llevarlo a cabo del catolicismo. Aquí, precisamente aquí, empieza el inconveniente espiritual en España, el inconveniente espiritual en los términos en los que quieren resolverlo la República y Azaña.

Si bien corto, la discusión del producto 12 de la Constitución de Cádiz dejó establecidas las primordiales situaciones sobre las relaciones entre el catolicismo y el Estado que perdurarían a lo largo de los 2 siglos siguientes hasta llegar a los nuestros días. En una redacción inicial, establecía que “La Nación de españa profesa la religión católica, apostólica, romana, única verídica, con exclusión de cualquier otra.” Pero la presión de los miembros del congreso de los diputados ultramontanos, que consideraban esta fórmula deficiente pues se limitaba a admitir un hecho, a constatar el sentido sociológico incluido en la afirmación de que España es católica, forzó a añadir una exclusiva predisposición en el producto que reforzase el carácter normativo del orden constitucional, esto es, que reivindicara el sentido político de aquella afirmación. El resultado fue una regla en cierta forma extravagante, que rechazaba la independencia religiosa al unísono que encargaba a las instituciones seculares velar por la fe católica: “La Nación la resguarda por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquier otra”.

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