la cultura cristiana tiene que ver con la religion

Adam B. Cohen

Facultad Estatal de Arizona

Peculiaridades del cristianismo

Generalmente, el cristianismo se identifica por:

Es una religión monoteísta (cree en un solo dios), abrahámica (prosigue la tradición del profeta Abraham, de la misma el judaísmo y el islam) y con fuertes raíces judías.

  • Su símbolo espiritual es la cruz o el crucifijo, ya que los romanos brindaron muerte a Jesucristo a través de la crucifixión.
  • Su artículo sagrado la Biblia, que comprende el Viejo Testamento (que se corresponde con los contenidos escritos viejos de la Torá judía) y el Nuevo Testamento (que cuenta la vida y las enseñanzas de Jesucristo).
  • Su profeta primordial es Jesús de Nazaret o Jesucristo, reconocido como el mesías de Dios en la tierra, enviado para actualizar el pacto sagrado entre la raza humana y su constructor, y diseminar las enseñanzas primordiales para entrar a la salvación eterna.
  • El culto católico se organiza en iglesias que defienden distintas interpretaciones de los contenidos escritos sagrados y distintas prácticas rituales, pero que coinciden en el núcleo de su doctrina: el catolicismo, el protestantismo y la ortodoxia.
  • Hablamos de una religión de enorme relevancia cultural y también histórica para Occidente y todo el planeta, puesto que aportó elementos fundamentales del pensamiento medieval y moderno gestado en Europa y después expandido a otras geografías del mundo.
  • HERELLIA EN PALAU

    Vimos que el ristro de emperadores del siglo IV son eminentemente cristianos, pero hubo uno que llegó al trono mudando la civilización y el foco de las religiones del Imperio, y que revela bien la visión católico-pagana del poder ahora mismo: Julián (década del 360), llamado por los cristianos como “el Apóstata”. Su gobierno fue corto y sus condiciones bien difíciles (por si acaso quiere arrimarse a su figura de una forma mucho más rápida, Gore Vidal escribió una novela sobre su persona, espesa pero llena de matices). Esencialmente Juliano, si bien dictamina otro edicto en pos de la independencia de cultos, acaba con un magno emprendimiento de restauración al paganismo -bastante fallido, por otro lado-. Efectúa precisamente exactamente las mismas medidas que habían tomado sus precursores en el campo ideológico: privar de base institucional y económica la fe contra la que luchaban (Mitchell, 2015: 189).

    Experiencias aparte, y si bien en el final del producto volveremos a mentarlo, resaltaremos tan solo un hecho que nos revela, de nuevo, que la civilización es bidireccional y que siempre y en todo momento hay “transfusiones culturales” aun en los enfrentamientos. Juliano fue un personaje criado en Oriente, conocía bien las filosofías que luchaban contra el cristianismo y le enfadaba el abandono de las viejas prácticas. De ahí que, logró unos enormes sacrificios -en balde- para regresar al paganismo institucional, pero, ¿de qué manera?

    Juicio final

    Al imaginario católico, a la desaparición le sigue el juicio frente al constructor en el que se va a decidir, según los preceptos morales bíblicos, el nivel de pureza o de pecado del sujeto y por consiguiente su destino: el paraíso, rincón del reposo eterno y feliz; o el infierno, sitio de condenación y castigo eterno para los pecadores.

    El primero es controlado por Dios, el segundo por el demonio o Satanás.

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