Este cuento de Navidad, escrito por fray Enrique Eguiarte y que cuenta la crónica de un conjunto de pastores que asistían a Belén, exhibe la relevancia de la fe y la oración para hallarse con Jesús.
Había en exactamente la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y observaban por turno a lo largo de la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, y la gloria del Señor les envolvió con su luz; y se llenaron de miedo. El ángel les ha dicho: «No tengáis temor, ya que les aviso una enorme alegría, que va a ser para todo el pueblo: les ha nacido el día de hoy en la localidad de David, un salvador, que es Cristo Señor; y esto le servirá de señal: hallará un niño envuelto con pañales y acostado en un pesebre”. Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: Gloria a Dios a las alturas ahora la tierra paz a los hombres en quien él se agrada. (Lc 2,8-14)
Un estímulo para el trabajo y la oración
Tras decir que se iba a casa de su padre, prepararía al rincón y, llegado el instante, volvería a llevarlos con usted; Tras charlar con él es el único sendero al padre, eminentemente por el hecho de que él y papá son uno, el Señor Jesús afirma otro beneficio esencial de la salida sería dado que sus acólitos le dejó proseguir el Ministerio empezado, realizando todavía mayor que sus proyectos. El artículo afirma: «el que cree en mí va a hacer las proyectos que he efectuado asimismo. Va a hacer cosas aún mayores que estas, pues voy a mi padre (v. 12). 5.2, tras sanar el paralítico en el estanque de Betesda, el Señor Jesús mencionó que él haría trabajos mucho más enormes que él, en este momento los acólitos reciben una promesa que harían proyectos mucho más enormes que Jesús hicieron enormes proyectos en la extensión y alcance El enfoque aquí está claro Jesús es no solo los milagros físicos, pero primordialmente los milagros logrados a través del trabajo espiritual del Espíritu Beato que, tras la salida, viven los fieles concediendo el poder (hechos 1.8) En verdad, solo mediante la acción del espíritu es que los acólitos estarían prestos a hacer proyectos mayores que las de Jesús, y o sea reconfortante frente Jesús por el hecho de que el consolador, el Espíritu Santurrón, solo se mandaría en el momento en que se alió a Jesús, como nos reportan los versos del capítulo 26 y 39 del capítulo 7.
Un tema esencial aquí es que las proyectos de los acólitos sería mucho más grande asimismo se llevaría a cabo sobre la base de la obra completa del Señor Jesús. Respecto, Donald Carson afirma:
Para gozar de las riquezas de la salvación de Dios
La salvación de Dios está llena de riquezas. Efesios 1:3 nos comunica que Dios nos ha bendecido con toda bendición espiritual en Cristo. Estas bendiciones tienen dentro la vida divina, la raza humana y el vivir inmejorables de Cristo, su muerte eficiente, su vigorosa resurrección, su victoria sobre Satanás, su ascensión sobre todas y cada una de las cosas y considerablemente más. Pero sin consagrarnos a Él, no disponemos ninguna forma de ingresar en el placer de estas bendiciones. Las tenemos, pero a fin de que las gozemos en nuestra experiencia, debemos consagrarnos a Dios.
En este sentido, la consagración es como una puerta. Para ingresar en un edificio, es requisito ingresar por la puerta. Si no lo hacemos, da igual cuántas cosas increibles nos aguarden del otro lado, no tenemos la posibilidad de gozarlo o formar parte. La consagración es la puerta por la que entramos para disfrutar de todas y cada una de las riquezas de la salvación de Dios. En el momento en que nos entreguemos al Señor, Él nos guiará en nuestra experiencia hasta ingresar en el placer de las ricas bendiciones de la salvación completa que Dios realiza.