Entre 2006 y 2010 Siria padeció una intensa sequía con secuelas desastrosas. En contraste a cinco de las seis enormes sequías que padeció a lo largo del siglo XX, la que empezó en 2006 se alargó a lo largo de múltiples años y afectó desastrosamente a su economía destruyendo un campo agrícola que aportaba entre un 17 y un 30% del PIB y que usaba cerca de una tercer parte de la población —en el 2010 solo daba trabajo a un 13%—. La carencia de lluvia y el agotamiento de las aguas subterráneas diezmaron la producción agrícola; singularmente perjudicados fueron los cultivos de trigo y centeno, cuya producción cayó un 47% y un 67%, respectivamente, entre 2006 y 2009. Por su lado, los pastores de la zona nordeste perdieron cerca del 85% de sus rebaños. Si era autosuficiente en modelos alimentarios e inclusive exportadora de trigo, Siria había pasado a transformarse en un país ligado de la importación de trigo, con un coste cada vez mayor gracias a las crisis alimenticias mundiales de 2006-2008 y 2010-2011. Para 2010 el valor del trigo y el maíz era un 50% mucho más alto con en comparación con año previo
La sequía dejó entre 2 y tres miles de individuos en situación de pobreza extrema, en la. ..
La guerra transformó Siria en un país en ruinas. Una década después, lejos de progresar, la situación ha empeorado y es mucho más trágica que jamás. Las cantidades son escalofriantes. 6,7 millones de alejados internos. 5,6 millones de sirios asilados en Líbano, Turquía, Jordania, Irak y Egipto. 11 miles de individuos dependen de asistencia humanitaria.
Y según varios investigadores y ONG, las cantidades aún podrían ser peores.
¿Pero de qué forma y por qué razón comenzó la guerra de Siria?
La variedad en Siria
El territorio que en la actualidad compone la República Árabe Siria fué siempre y en todo momento objeto de discusiones y ocupación de distintos conjuntos durante la historia, lo que nos deja entender la composición de la población de hoy.
Los primeros siglos y las invasiones musulmanas
Según los cuentos bíblicos, los apóstoles habían iniciado una fuerte predicación en Siria hacia el año 40 d. C., logrando un elevado número de conversos y el lugar de una red social local fuerte que daba cobijo a los cristianos perseguidos de Jerusalén. Fue por el sendero a Damasco, la ciudad más importante de la presente Siria, donde Saulo de Tarso, más tarde el apóstol Pablo, escucha la voz del Señor diciéndole: «Saulo, Saulo, ¿por qué razón me persigues?». Tras la fuerte experiencia del acercamiento con el Señor, Saulo quedó ciego y solo recuperó la visión al llegar a Damasco y ser recibido por el acólito Ananies. Desde allí, Pablo se incorporaría a la Iglesia y también empezaría la tarea misionera.
El cristianismo en Siria prosiguió el modelo de las primeras comunidades cristianas que se formaron en todo el Imperio de roma y se organizaron cerca de obispos. En Siria quedó constituida la esencial Iglesia de Antioquia, siendo Pedro, según la tradición, el primer obispo, hasta ser sucedido por los obispos Evodio (?-66) y también Ignacio (35-108) en el primer siglo. La iglesia de Antioquia se sostendría leal a la ortodoxia cristiana hasta el siglo cuarto. Gracias a las discusiones teológicas cerca de la naturaleza humana y divina de Cristo, la iglesia quedó dividida entre obispos arrianos y obispos ortodoxos. Tras la llegada del obispo o el patriarca Flaviano I, la iglesia recobraría su unidad con la ortodoxia.