Pasó mucho más de medio siglo desde el momento en que el pontífice Pablo VI –el que mucho más atención ha que se dedica al arte entre los últimos papados–, en el lapso de un acercamiento que sucedió en la Capilla Sixtina el 7 de mayo de 1964 con autores plásticos, afirmara que en los últimos tiempos si bien no se había roto el link entre la Iglesia y los artistas sí que se había producido un alejamiento cada vez mayor entre ellos, del que eran causantes ámbas partes: «No hemos roto pero hemos turbado nuestra amistad… En cierta manera, nosotros nos habéis descuidado… en la búsqueda de otras expresiones, que no son las nuestras… Más allá de que, reconocemos que asimismo nosotros somos causantes al imponer como primer canon la imitación, a nosotros que sois autores, siempre y en todo momento joviales, surtidores de una cantidad enorme de ideas y de cientos de noticias… ¡perdónanos!”.
<p id="caption-attachment-35511" El ángelus (Oración), de Jean-Francos Millet, 1857-59; Museo de Orsay, París. Legado de Alfred Chauchard, 1910.
Fotografía RMN-Grand Palais (Museo de Orsay) / Hervé Lewandowski.
Lo Espiritual y el Arte
Las artes plásticas como revelación y transmisión del esplendor del secreto del ser.
Medites Personales
Tácticas y elementos útiles
Voy a hacer un pequeño inventario de ciertas tácticas y elementos que se han comprobado mucho más útiles, a sabiendas de que el método final ha de ser del instructor, que es quien mejor conoce a los estudiantes y los ritmos de estudio. Ni están todas y cada una ni se quiere. Tan solo desea ser una pequeña lista de ciertas ahora puestas en marcha en ciertos centros y sus desenlaces son satisfactorios. Antes de iniciar con la lista, es requisito avisar de la prudencia que debe llevar a cabo el enseñante de estos elementos sin olvidar que lo más esencial para los estudiantes es que adquieran unos entendimientos y que, más que nada en la asignatura de Religión, les sirvan para desarrollarlos personal. Aquí está el inventario:
1. Clase magistral. El instructor enseña y los estudiantes atienden. En el momento en que está bien lista es realmente útil y, como queda dicho, insustituible. Pero no posee por qué razón ocupar toda la clase o sesión de sala. Es esencial acompañarla de otros elementos: llevar a cabo en la pizarra un esquema de lo que se marcha intentando o redactar las cuestiones mucho más importantes; usar un power point con unas escasas pantallas (mejor con buenas imágenes y poco artículo); o leer del libro algún artículo mucho más importante.