Con la nación accediendo en su tercer año de pandemia, en ocasiones daba la sensación de que el mayor triunfo para cualquier escuela era sencillamente sostener las puertas abiertas. Desde principios del año escolar 2020-21, las academias católicas de la Arquidiócesis de Newark lograron prestar eminentemente estudio en persona a los alumnos, siguiendo el protocolo de salud y seguridad para reducir las interrupciones similares con la pandemia para las familias .
En todo el país, las academias católicas fueron jaleadas por su deber de continuar enseñando en persona mientras que sostienen alguna fachada de normalidad para sus alumnos. Si bien colectivamente fuimos desafiados por la pandemia de coronavirus, asimismo hemos compartido el éxito del nuevo interés en lo que nuestras academias tienen por sugerir. Con mayor atención en nuestras academias, festejamos la Semana de las Academias Católicas del actual año mirando las primordiales causas para seleccionar una escuela católica.
Menos prejuicios entre los estudiantes
Para todos los que andan con remilgos deseando distinguir -o dividir y hasta combatir- la clase de Religión y la catequesis, opino que están bastante desfasados . Cierto que hubo un tiempo (el de mi juventud) en el que conocíamos la Religión católica y íbamos a la clase con espíritu rebelde y ganas de fastidiar al instructor. Desde mi limitada experiencia, pienso que los chicos de el día de hoy tienen en relación a los de antes la desventaja de su total ignorancia de la Religión, pero el beneficio de su sepa de prejuicios asimismo total: tienen ganas de comprender, al tiempo que nosotros, que sabíamos, solo deseábamos reventar a la clase. Eso sí, para no idealizar al personaje, las ganas no acostumbran a ir acompañadas de un enorme espíritu de sacrificio, sino más bien de uno mucho más próximo a la curiosidad de los atenienses del Areópago…
Hasta aquí espero haber aportado algún razonamiento para sostener, a poco que sea, lo que se ha conservado de enseñanza de la religión en la escuela pública. Habría que añadir la cuenta de que es un derecho humano, un derecho de los progenitores, reconocido en la Constitución, etcétera. La verdad es que los progenitores acostumbran a tener otras intranquilidades, que la mayor parte no está preparada para reclamar nada, ni a sus hijos ni a los docentes, y que en España fué la Charla Episcopal la que ha defendido ese derecho, y que semeja haberlo es cansándose ahora de la riña. Por esta razón quizás convenga que tomemos el relevo todos y cada uno de los que sepamos ser siendo conscientes de que los pequeños, los jóvenes, están en su derecho a oír charlar de Dios, y que varios lo solicitan.
Programa en todo el mundo de Brookewood School
En Brookewood School, la mayor parte de alumnos practican la religión católica, si bien un 20% proceden de otras tradiciones cristianas o no. La cantera no hace ningún género de discriminación de raza ni de nacionalidad. Hay una coordinación persistente con otras academias católicas hermanas, como Avalon School, para las ocupaciones similares con la fe.
En su programa de alumnos de todo el mundo, en este centro educativo se han anotado pequeñas, desde el kindergarten hasta 12 años, venidas de Italia, China, Alemania, España, Nigeria, Corea del Sur y Etiopía. En la mayoría de los casos, estas alumnos viven en hogares de familias anfitrionas escogidas por la escuela.