Prácticamente media parta de los costerarrienses afirma que es católico ahora mismo, según la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Facultad de Costa Rica (UCR).
Si bien el catolicismo todavía es la religión mayoritaria entre la población, sus fieles alcanzan el porcentaje mucho más bajo en cualquier medida llevada a cabo en la historia del país: un 52%.
el origen del inconveniente espiritual
La situación de la península consigue su máximo deterioro desde 1808. No es tanto una crisis política lo que se vive desde ese momento como una asoladora crisis de legitimidad. La dinastía borbónica está fuera del país, retenida por Napoleón y también invalidada para reclamar el poder por la obligada abdicación de Fernando VII, cuando menos desde un criterio formal. José Bonaparte, en el otro radical, es respondido por la mayor parte de los españoles, exasperados por la invasión y por el accionar de las tropas francesas en la conducción de la guerra. Parecía precisa una solución de urgencia para agradar ese vacío y la convocatoria de unas Cortes se presentaba como entre las pocas vías de acción. En Cádiz se procuró lograr de esta manera un convenio entre españoles de las distintas tendencias para detallar instituciones capaces de terminar con el desgobierno y, al fin y al cabo, reconstruir el poder político en España, interrumpido y desarticulado en los primeros años del siglo XIX. La tarea de los miembros del congreso de los diputados gaditanos era siempre fundacional: no solo debían argumentar pues adoptaban cierta forma de gobierno, ciertas instituciones, sino más bien asimismo argumentar qué títulos les acreditaban para esto. Fue el ineludible recurso a la historia como fuente de legitimidad de su tarea lo que abrió el sendero a fin de que, adjuntado con las interpretaciones del pasado, la religión estuviera de nuevo que se encuentra en las deliberaciones políticas: la acumulación de mitos que desde hace tiempo había predeterminado un nexo fundamental entre España y el catolicismo logró que, salvo extrañas salvedades, los miembros del congreso de los diputados no percibieran diferencias entre charlar del pasado y charlar de la fe. Como el poder que deseaban instaurar en España no podía desentenderse de la historia, tampoco podía llevarlo a cabo del catolicismo. Aquí, precisamente aquí, empieza el inconveniente espiritual en España, el inconveniente espiritual en los términos en los que quieren resolverlo la República y Azaña.
Si bien corto, la discusión del producto 12 de la Constitución de Cádiz dejó establecidas las primordiales situaciones sobre las relaciones entre el catolicismo y el Estado que perdurarían a lo largo de los 2 siglos siguientes hasta llegar a los nuestros días.
En una redacción inicial, establecía que “La Nación de españa profesa la religión católica, apostólica, romana, única verídica, con exclusión de cualquier otra.” Pero la presión de los miembros del congreso de los diputados ultramontanos, que consideraban esta fórmula deficiente pues se limitaba a admitir un hecho, a constatar el sentido sociológico incluido en la afirmación de que España es católica, forzó a añadir una exclusiva predisposición en el producto que reforzara el carácter normativo del orden constitucional, esto es, que reivindicara el sentido político de aquella afirmación. El resultado fue una regla en cierta forma extravagante, que rechazaba la independencia religiosa al unísono que encargaba a las instituciones seculares velar por la fe católica: “La Nación la resguarda por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquier otra”.
El chato estatal
Para las comparaciones de las entidades federativas se emplearon 4 años censales —1990, 2000, 2010 y 2020—, y los datos poblacionales se homologaron para hacerlas equiparables empleando población de 5 y mucho más años, tanto en los totales como en los tres movimientos religiosos analizados. Para cada entidad y año, se consiguió el porcentaje de cada conjunto espiritual al dividir el número de personas que reportaron su pertenencia al conjunto respectivo entre el total de la población de la entidad; en los dos casos se empleó la población de 5 años y mucho más.
Las gráficas 4, 5 y 6 detallan la feligresía católica, la de iglesias protestantes y evangélicas, y la gente sin religión al año y entidad federativa, respectivamente. La gráfica 4 exhibe el catolicismo; resalta que en 1990 solo 2 entidades tenían menos de 75% de población católica (Chiapas y Tabasco), para 2000 ahora eran cinco (ámbas precedentes mucho más Baja California, Campeche y Quintana Roo). En 2010 ahora eran seis (se sumaba Tamaulipas), por ser por último diez entidades en 2020 (se agregaron Baja California Sur, Chihuahua, Morelos y Yucatán).
Referencias
- “Religion”, en Wikipedia.
- “Defining the Characteristics of Religion”, en Learn Religion.
- “¿Cuántas religiones hay en el planeta y cuáles son las primordiales?”, en el Orden Mundial
- “The Changing Global Religious Landscape”, en Pew Research Center.