Quizás si de alguien deberíamos estudiar y de lo que no deberíamos prescindir de la visita a nuestro ubicación de mi recreo, escuela para profes, es de nuestro amado, apreciado y admirado Ramon Vázquez, ex- directivo del IES Juan de Herrera. Ramon, aparte de compañero, amigo, sabio, asombroso, y simple, pensador y experimentado directivo, nos ha movido a esta escuela para instructores, buenas prácticas y también inspiración intelectual para nuestra tarea enseñante, y nos hizo sentir los mucho más apreciados estudiantes tal y como si una master clase de filosofía se tratase. Hemos disfrutado bastante con su presencia y simpatía. Te aguardamos nuevamente.
¿Qué fue la Revolución francesa?
La Revolución francesa fue un periodo de agitación política y popular que convulsionó el país a fines del siglo XVIII. El movimiento inició de manera oficial con la toma de la Bastilla, el 14 de julio de 1789.
“Toma de la Bastilla y arresto del gobernador M. de Launay, 14 de julio de 1789” (Fotografía: Wikimedia Commons Dominio público)
Portugal y Brasil en torno a 1800
La crisis revolucionaria, que sacudió el espacio atlántico en el último tercio del siglo XVIII, asimismo afectó de manera directa al imperio portugués que todavía rodeaba este espacio con sus pertenencias en Europa, América y África. Desde la visión de la metrópoli, eran alarmantes, más que nada, las adversidades de política exterior que se hicieron mucho más varias a lo largo de este periodo. La dependencia comercial y política de Inglaterra se había profundizado poco a poco más desde la firma del Tratado de Methuen en 1703. La política reformista de Pombal tampoco había podido mudar principalmente nada (Shaw). Es verdad que, por una parte, la relación de Portugal con Inglaterra ofrecía protección, pero, pese a una política marital bien calculada que acabó con la boda del príncipe João con Carlota de España, a fines del siglo XVIII de nuevo provocó enfrentamientos con la vecina España que, desde el cambio de dinastía en los Borbones, se inclinaba a aliarse con Francia.
Tras la Revolución francesa, la situación se complicó aún mucho más. Más allá de la coalición con Inglaterra, la corte de Lisboa se esmeró en proteger su neutralidad y sostenerse fuera del enfrentamiento abierto. Pero desde el pacto hispanofrancés de San Ildefonso en 1796, la presión aumentó de manera incesante. Al final, en 1801 Napoleón puso un ultimátum a Portugal a fin de que cerrara sus puertos en los navíos ingleses. En el momento en que la Corona portuguesa se negó, hubo una invasión de tropas españolas y francesas en la llamada Guerra de las Naranjas. En el acuerdo de paz de Badajoz, Portugal debió ceder a las demandas francesas y perdió además de esto territorio en el norte de Brasil (Manchester, British, 52-56; Alexandre, 93-166).