Los musulmanes de España viven huérfanos de una entidad que los oriente y guíe en el ejercicio sereno de la fe, todo ello conjugado con los deberes sociales como ciudadanos. En este marco caótico propiciado por una CIE-UCIDE, inútiles de armar un mínimo de reglas y actividad en busca de su red social, la promesa reaparece en el momento en que estamos con proyectos como el de la Fundación Mezquita de Sevilla, un emprendimiento serio que no pierde de vista a la sociedad a la que forma parte ahora la que desea ser útil. Son esta clase de ideas las que fomentan nuevos anhelos y maneras de vivir en un país en independencia, ideas distanciadas de cualquier género de radicalidad y efervescencia religiosa.
A la Fundación Mezquita de Sevilla, ajeno de cualquier interpretación sobre sus métodos y forma de comprender el Islam, hay que reconocerle el mérito y el ahínco efectuado para llenar un emprendimiento que ennoblece a sus principios fundacionales, al paso que da un servicio útil y preciso. Un modelo que deberían copiar todos los que hacen del lenguaje una manera de apoderarse proyectos, en un intento de engatusar a gente inocente, frecuentemente consiguiéndolo, pero que el tiempo y la realidad echan como fácil castillo de naipes.
De la Obscuridad a la Luz de la Felicidad – el Mensaje del Islam
Un día veía publicaciones sobre el Islam y afirmaba “¿Deseas ser musulmán?” y mi corazón brincó de felicidad hice un comentario a la publicación y ella (una hermana musulmana) me respondió, me mencionó que me contaría sobre el Islam y que yo no se encontraba sola, le conté mi historia , la charla fue enriquecedora sus expresiones fueron muy hermosas, ella me mostró la auténtica humanidad, en el momento en que charlé con ella sentí tal y como si la conociese ya hace varios años. Me explico con paciencia todo, tras comprender de forma plena lo que era el islam sentí una alegría enorme, la hermana me preguntó que si me sentía listo para ofrecer mi testimonio de fe y yo le dije que esto era algo que había estado aguardando, ella me mostró de qué manera llevarlo a cabo, di mi testimonio de fe y en el momento en que me ha dicho: «hermana ahora eres musulmana» sentí de qué forma Dios llenó mi corazón.
Deseé ser musulmana por convicción, soy musulmana pues AMO DIOS Y SOLO A ÉL, soy musulmana pues creo firmemente que serlo cambió mi forma de vida y mis perspectivas.