diferencias fundamentales del camino neocatecumenal con la religión católica

CIUDAD DEL VATICANO, 28 junio 2002 (ZENIT.org).- Publicamos ahora el comentario que escribió el instructor Juan Ignacio Arrieta, Instructor de Derecho Canónico en la Pontificia Facultad de la Santa Cruz, Juez del Tribunal eclesiástico de l Estado Localidad del Vaticano, Referenario de la Firma Apostólica, Consultor de múltiples Dicasterios de la Curia Romana, entre ellos del Pontificio Consejo para los Contenidos escritos Legislativos, integrante del Directivo de la Asociación en todo el mundo de canonistas «Consociatio Internationalis Studio Iuris Canonici Promovendo».

* * *

I. UN EJERCICIO DE INTERPRETACIÓN

En todos y cada uno de los medios y en todos y cada uno de los entornos (aun en los no religiosos) espiritualidad. La espiritualidad pertenece a las buscas humanas, como nos lo recuerda Leonardo Boff en su libro Espiritualidad. Un sendero de transformación (Sal Terrae, 2002).

PRESENTACIÓN

El Sendero Neocatecumenal es una experiencia eclesial de fe, como han testimoniado Obispos y Presbíteros de todo el planeta, allí donde está presente. Lo que ellos vieron no fueron «escritos», sino más bien comunidades nacidas por la predicación oral, pues el día de hoy, -como en el tiempo de Pablo-, la fe viene «ex- auditu»: «la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo” (Rm diez,17). De ahí que, el Sendero Neocatecumenal no posee, de todos modos, “escritos”, sino más bien solo “Orientaciones para los catequistas”, tanto para la etapa de conversión para el resto etapas. En verdad, el Cristianismo no es una religión del libro, sino más bien el acercamiento con Cristo resucitado. En el Cristianismo siempre y en todo momento hace aparición primeramente la vida y, solo después, viene la reflexión y ocasionalmente su sistematización (Cf. Lc 1,1-4). Moisés baja del Sinaí con las tablas “escritas por el dedo de Dios” (Ex- 31,18); los apóstoles, en cambio, descienden del Cenáculo con el fuego del Espíritu Santurrón, que les manda a predicar y testimoniar el hecho de lo que ellos mismos son palabra viviente, carta de Cristo “redactada no con tinta, sino más bien con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino más bien en tablas de carne, en los corazones” (2 Cor 3,3).

De igual forma, el Sendero Neocatecumenal, esto es, el itinerario de iniciación cristiana que prosiguen las comunidades neocatecumenales, no es el resultado de una planificación teológico-pastoral, sino más bien un don de Dios, que muestra exactamente los mismos aspectos de la predicación apostólica, de aquel “primerisimo modelo apostólico”, al que el Papa invita inspirarse para la novedosa evangelización.1 Se muestran primero las comunidades, fruto de la idea gratis de Dios, que capacidad la predicación de Kiko y Carmen (1964) y solo después, en el mes de febrero de 1972, al multiplicarse el número de los equipos de catequistas que tienen que ofrecer las catequesis iniciales del Sendero, se ve la necesidad de darlos una asistencia concreta.

Precatecumenado

La primera etapa, famosa como precatecumenado postbautismal es una etapa de kenosis, esto es de «descenso», de humildad, al conocerse mejor mediante la red social . Esta etapa se constituye de tres etapas:

  • Primer escrutinio bautismal o Primer paso, que alumbra el neocatecúmen sobre el concepto católico del padecimiento y la cruz.

Deja un comentario