- El primer libro solo dedica 2 páginas al tema. La primera página es muy conceptual, y en la segunda existen algunas ocupaciones para los pequeños. El segundo libro dedica 5 páginas al mismo tema en el cuaderno del alumno, privilegiando las ocupaciones para remarcar los conceptos esenciales.
- En el libro de la izquierda, se advierte la necesidad de que el catequista lo explique todo y se enfocará en la memorización de los conceptos. Por otro lado, el libro de la derecha da toda la atención al niño por el hecho de que este es quien precisa comunicar, dibujar, colorear, ver, para entender el mensaje.
- Otro aspecto esencial entre los dos sistemas es que el primero, supuestamente, resalta en el deber que hace la familia; al paso que el segundo sistema prioriza el deber que debe realizar el niño con sus compañeros y le transporta a la familia.
- La catequesis “Conozco y vivo mi fe” está pensado para la memorización de conceptos, para sí mismo, hacia dentro. Al tiempo que la catequesis «Dios con nosotros» tiene como propósito el deber comunitario, popular, hacia fuera.
- El apartado “Graba en tu memoria” del primer libro a revisión, recuerda al viejo catecismo Ripalda que apoyaba la iniciativa: memoriza y ahora andas salvado. El grupo de ocupaciones del catecismo de Dabar evoca la independencia, la seguridad y la imaginación en el niño: piensa, busca, crea tu estudio.
Indudablemente hay diferencia entre estas 2 catequesis que examinamos. Pero lo más esencial es que, sin importar lo más mínimo los libros que escojas para comenzar en la fe a los pequeños y pequeñas, respondan de la mejor forma a cuestiones como las próximas:
El trabajo teorético y práctico de la investigación
El procedimiento que guió la investigación fue el de la participación-acción crítica y reflexiva, que tiene presente el ‘ser’ y el ‘deber ser’. En el primer caso, el ‘ser’, identificaron lo que pasaba con el ERE en todos y cada institución consultada, a través de una encuesta a directivos, conjuntos focales completados con alumnos de 6º y 10º grados y entrevistas semiestructuradas a los instructores de educación religiosa. Escogieron instituciones oficiales situadas en lo que Balancee llama “la Colombia profunda” o de la periferia: en 2 ciudades de Bolívar, tres de Norte de Santander, seis de Nariño y tres de Putumayo. “Son instituciones en las que hallas todas y cada una de las deficiencias: los instructores que enseñan educación religiosa no son licenciados ni en educación religiosa ni en teología; frecuentemente son instructores de otras áreas, aun de dibujo o educación física; los contenidos escritos que usan están desactualizados; no hay trabajo en grupo entre los propios instructores ni con los líderes de otras confesiones religiosas”.
En la situacion del “deber ser”, los estudiosos partieron de la propuesta de la vigencia de la teología y la pedagogía liberadoras y, por consiguiente, consideraron que era viable meditar en una “educación religiosa liberadora” . De ahí que, «la educación religiosa en visión liberadora es dialogante, crítica, reflexiva y crea conciencia al sujeto».