diccionario de música mitología magia y religión capitulo 4

La religión en el aspecto subjetivo es fundamentalmente, si bien no de forma exclusiva, un tema de la intención, la intención de admitir a través de actos de homenaje la dependencia del hombre en Dios. Ahora vimos que la imaginación y las conmuevas son causantes esenciales en la religión subjetiva. Las conmuevas, provocadas por el reconocimiento de la dependencia de Dios y por la intensamente sentida necesidad de la asistencia divina, dan mayor efectividad al ejercicio deliberado de la virtud de religión. Es digno de indicar que las conmuevas despertadas por la conciencia religiosa son como llevada a cabo para un sano optimismo. Los tonos predominantes de la religión son los de la promesa, la alegría, la seguridad, el cariño, la paciencia, la humildad, el propósito de enmienda y la aspiración hacia los superiores idóneas. Todos estos son los acompañantes naturales de la persuasión de que, por medio de la religión, el hombre vive en comunión amistosa con Dios. Es insostenible la opinión de que en la mayor parte de las situaciones el temor es el móvil inteligente de la acción religiosa.

En la religión subjetiva tienen que incluirse múltiples virtudes, muchas de un carácter sensible. El preciso ejercicio de la virtud de religión implica a tres virtudes cooperantes que tienen a Dios como su objeto directo, y por consiguiente conocidas como las “virtudes teologales”. Primeramente está la fe. Rigurosamente comentando, la fe como una virtud es la predisposición reverente de someter la cabeza humana a la divina, a admitir como de autoridad divina lo que fué revelado por Dios. En sentido extenso, aplicado a todas y cada una de las religiones, es la aceptación piadosa de las nociones escenciales de la Deidad y de las relaciones del hombre con la Deidad contenidas en las tradiciones religiosas de la red social. En casi todas las religiones hay un ejercicio de la enseñanza autoritativa respecto a la base intelectual de la religión, las cosas que hay que opinar. Los individuos no consiguen estas cosas de manera sin dependencia, mediante la intuición directa o del razonamiento discursivo. Llegan a conocerlas por medio de la enseñanza de los progenitores y jubilados, y por la observancia de los ritos y prácticas sagradas. Toman estas enseñanzas sobre la autoridad, hechos honorables por la utilización inmemorial, con lo que rechazarlos sería reprobado como un acto de impiedad. De esta forma, al tiempo que el hombre tiene la aptitud de llegar al conocimiento de los argumentos de la religión por el ejercicio sin dependencia de su razón, llega de manera regular a conocerlos mediante la enseñanza autoritativa de sus mayores. La fe de este género es casi una base importante de la religión. En el orden sobrehumano, la fe es completamente importante. Si el hombre fué alto a un fin sobrehumano particular, es solo por la revelación que puede llegar a saber ese fin y los medios divinamente designados para lograrlo. Esta revelación supone siempre la fe.

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