“Hemos acordado admitir a los cristianos ahora todos los otros hombres la independencia y la oportunidad de entrenar la religión que cada uno de ellos desee”. Estas expresiones no proceden de una actualizada declaración de derechos civiles, sino más bien del llamado Edicto de Milán, decretado por los emperadores Constantino y Licini en el mes de febrero del 313, del que hace 1.700 años. Era la primera oportunidad en la historia que se reconocía judicialmente esa independencia.
El Edicto llegaba tras entre las duras persecuciones que los cristianos padecieron a inicios del siglo IV. Lo había liberado en el año 303 el emperador Diocleciano, adjuntado con Galeri, en un intento de volver a poner la unidad estatal conminada, a su juicio, por el desarrollo del cristianismo. Estos gobernantes ordenaron demoler las iglesias de los cristianos, abrasar las copias de la Biblia, condenar a muerte a las autoridades eclesiásticas, privar a todos y cada uno de los cristianos de cargos públicos y derechos civiles, tal como obligar a realizar sacrificios a los dioses bajo pena capital.
Persecución al Cristianismo
La religión oficial romana era politeísta, veneraban distintas dioses y pensaban que el favor de los dioses era preciso para asegurar la seguridad del país. Los Cristianos, creían en un Dios único que nada debía ver con los dioses romanos, por esa razón los líderes romanos consideraban que el Cristianismo se oponía, no solo a la religión oficial sino más bien por el hecho de que suponía una amenaza para el estado no venerar a los dioses romanos.
Este suceso, relacionado a que la mayor parte de seguidores del Cristianismo eran plebeyos o esclavos propició que el estado empezara una persecución irracional contra los Cristianos.
Estos se veían obligados a entrenar su religión en misterio en los entresuelos de la región, en las llamadas catacumbas. En caso contrario eran apresados por legionarios romanos y detenidos, la mayor parte de ellos morían de múltiples formas, la mucho más espeluznante era la desaparición en la arena del coliseo. Se dejaba un conjunto de Cristianos en el centro del Anfiteatro y se soltaban leones que al final les devoraban.
Podcast de la charla:
tolerancia del cristianismo en de roma
Ciertos cristianos piensan a Constantino un santurrón. Otros lo tratan como un político, que solo empleó el cristianismo con objetivos políticos. Y otros piensan que la conversión de Constantino fue honesta, pero asimismo empleó el cristianismo para su beneficio.
Constantino fue el primer emperador católico. Su reinado empezó en el año 306 y, tras una sucesión de luchas internas, afianzó su dominio más que nada el Imperio De roma en el año 324. Aparte de sus triunfantes campañas militares, Constantí efectuó múltiples cambios administrativos que establecieron y extendieron su predominación.