cuentos de hadas que causan problemas en la religion

Sitio donde está la fosa común del orfanato de Tuam. Fotografía: Cordon.

J. P. Rodgers, de sesenta y siete años, se alegra de que al fin las condiciones del orfanato de Tuam, su viejo hogar, hayan salido a la luz. La ciudad irlandesa se hacía célebre una vez que la prensa estadounidense diese a saber el descubrimiento de cientos y cientos de cadáveres de pequeños, lanzados a una fosa común. El libro en el que se asentaron sus muertes declara que la mayor parte murió gracias a la desidia de las monjas encargadas de cuidarlas. Lo que de todos modos no es una novedad, por el hecho de que los infanticidios fueron recurrentes en las instituciones monacales de la Iglesia católica. Tanto, que la situacion de Tuam muestra enormes paralelismos con un descubrimiento igualmente macabro, pero efectuado en el siglo IX.

¿Y la producción colombiana?

Al salir del Pabellón Infantil en la FILBO, los chillidos, las cuestiones y expresiones de sorpresa se vuelven a reiterar. Progenitores y pequeños se centran en este momento en la exposición ‘Pombo, el aprendiz’, que la Fundación Rafael Pombo ha preparado con réplicas de los populares individuos del escritor bogotá: Simón Bobito, Pobre Vejeta, Gato Bandido, Mirringa Mirronga .

Pombo es, en verdad, el padre de la literatura infantil en Colombia, pero su trabajo fue muy distinta al que frecuenta enseñarse en el sala de clase. “Hay que resaltar a Rafael Pombo, pero él no es creador: fue traductor y adaptador, y uno realmente bueno”, dice Capasso. La investigación literaria ha predeterminado que el colombiano se sirvió, a lo largo de sus viajes a Novedosa York en la segunda mitad del siglo XIX, de las canciones populares inglesas para hacer su especial planeta: Simón el Bobito reproduce pasajes concretos de Fácil Simmon, un ocurrente niño que busca salir de la pobreza, o Rin Rin Renacuajo se semeja bastante a Frog Went A-Courting, cuyo personaje principal es una rana con tintes de donjuán.

y también) “La Hermosa Yacente”

“La Hermosa Yacente” se conoce, hoy día, bajo 2 ediciones diferentes: la de Perrault y la de los Hermanos Grimm. El antecedente mucho más viejo de este cuento, está en el Pentamerone de Basile, cuyo título es Sol, Luna y Talía. Comenzaré por esta versión en tanto que el tema de los celos está presente de una forma mucho más clara que en la versión de hoy.

La historia cuenta que, al nacer su hija Talia, un rey unió a todos y cada uno de los sabios y adivinos del reino a fin de que profetizaran el futuro de esta. Todos estuvieron en concordancia en que la pequeña correría un grave riesgo por culpa de una hebra de lino. Para eludir este desgraciado incidente, el rey ordenó que, desde entonces, no entrara en el castillo, ni el lino ni el cáñamo. Pero un día, en el momento en que Talia ahora era una chavala, vio a una anciana que se encontraba hilando al lado de su ventana. La pequeña, que no había visto en su historia nada semejante, se quedó fascinada por la manera en que bailaba el huso. Llena de curiosidad, cogió la rueca en sus manos y comenzó a sacar el hilo. Pero entonces, una enana astilla de cáñamo se le clavó en una uña y, inmediatamente, cayó fallecida en el suelo. Tras lo ocurrido, el rey se sentó a su hija sin vida en una silla de terciopelo, cerró la puerta del palacio y salió para toda la vida tratando eliminar, de esta manera, el recuerdo de su infortunio.

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