Deus caritas est, primera enciclopénica de Benedicto XVI En la primera encíclica, Benedicto XVI invita a fijar la atención en la verdad indispensable del amor -en su dimensión humana y divina- como clave para comprender la presencia cristiana. Desde ese punto de inicio, el Papa asimismo piensa sobre las secuelas que el cariño al prójimo tiene para la vida de la Iglesia y sobre las relaciones entre caridad y justicia. Garantizamos una síntesis de la encíclica, que se presentó el pasado 25 de enero.
«No se comienza a ser católico por una resolución ética o una enorme iniciativa, sino más bien por el acercamiento con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con esto, una orientación definitiva ». La fe cristiana, al poner el cariño en el centro, ha asumido el núcleo de la fe de Israel, dando al tiempo una exclusiva hondura y amplitud. Jesús ha unido el mandamiento del amor a Dios con el del amor al prójimo. Como es Dios quien nos ha amado primero, en este momento el cariño por el momento no es solo un «mandamiento», sino más bien la contestación a ese don con el que Dios viene a hallarnos.
Apoyamos a los que mucho más lo precisan
Ayudar a movimientos sociales no solo contribuye a personas que lo precisan, sino edifica un planeta mucho más exactamente en el que la gente tienen la posibilidad de conseguir el poder y salir adelante. Para absolutamente nadie es un misterio que muchas familias y ciudades de nuestra casa común, o sea la Tierra, precisan nuestro grano de arena para lograr progresar sus condiciones de vida. ¡De ahí que seamos la promesa para los mucho más pobres y necesitados!
“La caridad es el centro que une a la red social con Dios y sus integrantes entre sí; ayuda a la unión de los corazones y los vincula indisolublemente a Dios”. San Vicente de Paul
Antecede a la de la iglesia
En la vivienda se arroja el fundamento de la prosperidad que va a tener la iglesia. Las influencias que rijan la vida familiar se alargan a la vida de la iglesia. Por consiguiente, los deberes referentes a la iglesia tienen que comenzar en el hogar.
Teniendo buena religión en la vivienda, vamos a tener increíble religión en las asambleas. Defendemos el fuerte del hogar. Consagraremos a nuestra familia a Dios, y después charlamos y actuamos en el hogar como cristianos. Seamos benevolentes, tolerantes y pacientes en el hogar, a sabiendas de que enseñamos. Cada madre es una profesora y debe estudiar en la escuela de Cristo, para entender instruir a sus hijos y modelar adecuadamente su carácter.