cual era la asignatura obtatiba a religion en 1985

El boceto de Ley de Optimización de Calidad Didáctica (LOMCE), que ha anunciado el ministro de Educación, José Ignacio Wert proporciona ciertas variantes en relación a la ley previo en lo que se refiere al estatus de la asignatura de religión , y otras cuestiones que fueron fundamento de tensión entre las asociaciones católicas de progenitores y la administración didáctica. Por servirnos de un ejemplo, la LOMCE asegura la supresión de la polémica Educación para la Ciudadanía, que en una iniciativa inicial del ministro, se había mantenido en la ESO con el nombre de Educación Civil y Constitucional, sin «contenidos controvertidos», según el ministerio. El emprendimiento de reforma didáctica que impulsa el Gobierno de Mariano Rajoy recobra la asignatura opción alternativa a la religión que se perdió con la reforma de los años noventa y que demandaron los obispos a lo largo de la negociación en 2005 y 2006 de la presente ley orgánica de educación (LOE). La presencia de esta materia opción alternativa se encontraba sosprechada en el Concordato de 1979, pero los gobiernos siguientes no la habían respetado en sus legislaciones. No obstante, la Charla Episcopal no logró que se respeten todos y cada uno de los elementos del concordato: por poner un ejemplo, la asignatura de Religión prosigue sin ser evaluable y computable en todas y cada una de las etapas educativas. La novedosa materia opción alternativa a la Religión tiene por nombre “Valores Culturales y Sociales” en principal y “Valores Éticos” en secundaria. Tanto en principal como en secundaria se incluye la materia, sea Religión o su opción alternativa, en las materias obligatorias en todos los tutoriales. En los dos casos, los progenitores van a poder seleccionar si sus hijos estudian Religión o la asignatura opción alternativa (productos 18’1 y 24). En bachillerato, la ley altera la presente situación, donde Religión solo se daba en el primer curso, y la incluye en los dos tutoriales como una asignatura concreta optativa mucho más. Esto es, de las que tienen la posibilidad de escoger en cada modalidad (producto 34). El artículo del boceto ordena a que todo el alumnado deba cursar Religión Católica o la opción alternativa, volviendo a eso que prevé la Ley Orgánica de Educación (LOCE) del Gobierno de Aznar en 2002, que jamás llegó a ingresar en vigor. La nota de la asignatura va a ser evaluable, con lo que va a contar para reiterar curso o no. Pero, en cambio, no incorporará para promediar (productos 29 y 36 bis). El último boceto, remitido por el ministerio, acepta que la reforma didáctica podría implantarse en el curso 2014-15 o aun después, en el 2015-2016. Para mucho más información: http://infocatolica.com/?t=novedad&cod=13384 Una historia problemática La asignatura de Religión en el sistema educativo fué fuente incesante de enfrentamientos prácticamente desde la instauración de la democracia. Antes de 1970, la enseñanza de religión se introduce en el plan de estudios como cualquier otra asignatura. En 1790 se aprobó la ley General de Educación (LGE), que determinaba la existencia de la asignatura de Religión en la escuela y ponía de manifiesto que existía una materia de educación y capacitación religiosa. Hasta 1975, la religión fue una materia fundamental de capacitación humana integral. Era una asignatura que había de ser cursada por todos y cada uno de los estudiantes. En 1979 se firmaron los pactos Iglesia-Estado, que reemplazaban al Concordato de 1953. En el acuerdo sobre educación, se establecía que la enseñanza religiosa había de ser algo habitual en la escuela, equiparada en todo con el resto materias y garantizando el derecho a recibirla para todos los que lo deseen. Por vez primera, el acuerdo apelaba a la independencia de conciencia. La enseñanza de religión no tendría un carácter obligación para los estudiantes, pero sí garantizaba el derecho a recibirlo. «De ahí que las autoridades académicas adoptarán las medidas oportunas a fin de que el hecho de recibir o no la enseñanza religiosa no suponga ninguna discriminación en la actividad escolar» (art.

cristianismo

II Acuerdo sobre enseñanza y temas culturales). Ahora, en 1980 se instituyó la Ley Orgánica del Estatuto de Centros Institucionales (LOECE). El Gobierno de Unión de Centro Democrático (UCD) desarrolló una política didáctica plasmada en la ley de independencia religiosa. Este año se brindaron las Órdenes Ministeriales del 16 de julio. «La enseñanza de la religión y ética católicas» en los centros enseñantes de Anterior a la escuela y de Educación General Básica y asimismo en Bachillerato y Capacitación Profesional. En estas órdenes ministeriales se señala que la enseñanza religiosa se dará en todos y cada curso como materia ordinaria equiparable al resto de materias. Pero solo podía ser dada si lo pedían progenitores o estudiantes. De ahí el carácter optativo para estudiantes y no para el centro. No obstante, con los gobiernos siguientes, la asignatura de religión experimentó un tiempo de precariedad. En 1983 el Gobierno del Partido Socialista Obrero Español, (PSOE) que recién accedida al poder con Felipe González, se propuso como cuestión prioritaria la reforma del sistema educativo. En 1985, el Ministerio de Educación impulsó la Ley orgánica reguladora del derecho a la educación (LODE). Estuvo a puntito de eliminar la ética como opción alternativa a la religión. Pero al final, el Govern sostuvo ética como asignatura obligatoria para todos y cada uno de los estudiantes, con el nombre «educación para la convivencia». A lo largo de ese tiempo la asignatura de “Religión y ética católica” se enseñaba de manera opcional adjuntado con la de “Ética”, las dos eran evaluables y calculables por igualmente cara a la promoción de curso. En el curso 1986-87 se causó una profunda reestructuración del Ministerio de Educación que llevó a la segunda reforma didáctica, la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), donde la asignatura de Religión se sostenía como tal pero devaluaba la opción alternativa, en tanto que no había evaluación, ni exámenes, ni estudio. Con esto, la asignatura confesional experimentó un fuerte descenso por ser escasos los estudiantes que la cursaban. La Ética desapareció como asignatura, diluyéndose en una lista de temas transversales, en teoría incluidos en el currículo de todas y cada una de las materias, salvo un espacio concreto en el 4º curso de la ESO. Más tarde, bajo el segundo Gobierno de José Maria Aznar se aprobó en 2002 la ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), ley que jamás llegó a aplicarse. Tenía que ver con una asignatura llamada «sociedad, cultura y religión», evaluable a todos y cada uno de los efectos y de carácter obligación. Podía ser confesional (con instructores de religión) o no confesional (con instructores de Filosofía y también Historia). Pero en el momento en que los socialistas dirigidos por José Luis Rodríguez Zapatero llegaron al poder en 2004, paralizaron la LOCE, y en 2006 se aprobó la Ley Orgánica de Educación (LOE). Entre las noticias de esta ley fue la creación de la polémica asignatura de Educación para la Ciudadanía (obligatoria y evaluable en Principal, ESO y Bachillerato), al tiempo que la Religión se sostuvo como oferta obligada, pero optativa por a los estudiantes, con exactamente las mismas peculiaridades (o sea sin opción alternativa) de los tutoriales precedentes.

¿Ciudadanos o fieles?

Este se encuentra dentro de los problemas políticos que expone el ingreso a la modernidad en lo que se refiere a los sujetos idóneas que precisa el Estado liberal y democrático para existir, y que está de nuevo planteado –y mal resuelto– a los nuestros días por el Gobierno del Partido Habitual, que se olvida de que está adelante de un Estado no confesional y de derecho (pese a insuficiencias de bulto y de restos del pasado) y que rige ciudadanos y no fieles (si bien varios ciudadanos logren ser asimismo fieles), para prestar orejas a las persistentes necesidades de la Charla Episcopal, que no cesa en sus intentos de reconducir a la sociedad de españa hacia ese régimen político que extraña, que es el reino católico medieval.

En un atrayente producto sobre este tema, Gregorio Peces-Barba mantiene que en el fondo de esta actitud de la Iglesia late la reafirmación del agustinismo político: la dignidad diferente de fieles y no fieles que se desprende del agustinismo político, tan arraigado todavía en la doctrina de la Iglesia, o la desigualdad entre hombres y mujeres y entre jerarquía y leales, son elementos definitivos en la persistencia del modelo premoderno.

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