como trabajar la muerte en la religion con niños

Cada niño va preparando los conceptos de vida y muerte en función de su edad. (Imagen: shutterstock)

“Nos encontramos tristes pues mi abuelo murió de COVID y no pudimos despedirnos”. “Tengo temor de enfermarme por el hecho de que mi tía se enfermó y murió”. «Extraño bastante a mi madre que murió por el cáncer».

Qué NO decir

Inventar cuentos de hadas o historias (los pequeños tienen la posibilidad de llegar a tener una imaginación muy larga y hacer una distorción de la verdad donde viven) Algo que tú mismo no creas (los pequeños perciben en el momento en que uno está mintiendo, y al no tener una fuente creíble, prácticamente se van a poder confundir mucho más o desorientar) * Mamá salió a un viaje larguísimo (esto generará una sensación de angustia y se transforma en un desafío ambiguo – de los mucho más dañinos en tanto que como no había algo acertado, uno termina por angustiarse mucho más teniendo una promesa falsa) * Dios se llevó al padre por el hecho de que precisa gente buena en el cielo (eso puede llegar al punto en que los pequeños detestan a Dios y resienten la pérdida, en tanto que para ellos probablemente lo tomen como que «le robó de ellos») * Abuela murió pues se encontraba enferma (los pequeños tengan la posibilidad de llegar a preocuparse de sobra si les da una gripe, en tanto que cualquier patología para ellos tengan la posibilidad de percibirla como mortal de egut a aq uesta falsa creencia) * Morirse es reposar (los pequeños tengan la posibilidad de llegar a asustarse tanto que tengan la posibilidad de dejar de reposar y ocasionar serios daños a su organismo por la carencia de reposo)

Comunicar tus propias convicciones o opiniones religiosas Charlar en términos específicos mucho más que filosóficos Dejar que lloren y expresen sus sentimientos Admitir en el momento en que NO poseas la contestación

Avance de la temática en el sala de Educación Infantil

Como hemos citado previamente, la pérdida de un individuo que deseamos probablemente sea uno de los instantes mucho más lacerantes de la vida; por esa razón desde el sala, los expertos debemos emprender la desaparición y las ocasiones de desafío, prestando asistencia a una superación efectiva (Colomo, 2016).

Según Feijoo y Pardo (2003), Wiseman (2013) y Hernán (2013), ahora desde los 3 años es el instante perfecto para el régimen didáctico de la desaparición en el currículo, tanto antes como tras una pérdida. Ciertas indagaciones como la de Howarth (2011) resaltan la relevancia de tratar el desafío en el transcurso de un extenso período temporal, dando a los pequeños opciones de poder meditar, charlar y expresar sus sentimientos, recordando a la persona fallecida.

Tratar la desaparición, la pérdida, el mucho más allí o la tristeza en un idioma que comprendan

En esta selección le acercamos libros infantiles que tratan de forma directa la pérdida de un abuelo o de una madre, pero asimismo otras sobre el cambio, el correr del tiempo y la vida misma. Cuentos sobre la desaparición de una mascota, de qué manera administrar la tristeza, o sobre temas tan profundos estimar entender qué hay tras la desaparición.

El desarrollo de desafío en los pequeños, especialmente si son pequeñísimos, es distinto al de los mayores. Pero prosiguen teniendo la necesidad sensible de expresar y comprender lo que pasa.

Deja un comentario