Anunciado en La Tercera
El llamado desde el gobierno que pastores y curas tomen cautelas y no congreguen enormes proporciones de personas en liturgias en Semana Santa por la pandemia exhibe la importancia de la religión y particularmente del cristianismo en el país. ¿Hay que comprobar lo que afirma la Constitución previo al plebiscito de octubre? ¿Es esencial regresar a charlar de la relación del Estado con la Iglesia, separadas desde 1925?
CONTEXTO HISTÓRICO DE LA LIBERTAD RELIGIOSA EN LA ORDEN JURÍDICO BRASILEÑO Y LOS ASPECTOS INTRÍNSICOS RELACIONADOS CON LA INTOLERANCIA Y EL FUNDAMENTALISMO
. Más allá de que la esclavitud africana, desde el siglo XVI, contribuyó al surgimiento de un sincretismo entre la religión católica cristiana y las de origen africano, la fuerte predominación dominante del colonizador fue bastante para sostener las primordiales especificaciones de su religión hegemónica, como la una parte de un emprendimiento de poder alineado con las activas del sistema de prácticas mercantilistas de una burguesía ávida por la acumulación de riqueza, introduciendo una parte del sistema legal y de la vida popular, política y económica, estableciendo una aproximación entre religión y Estado.
La integración de Estado y también Iglesia, propia del absolutismo y que tuvo su expresión en Portugal en el Patronato, transformó al Rey en Enorme Profesor de la Orden de Cristo, con el ascenso de todo el clero secular: curas, vicario y obispos. La unidad de conciencia y acción política, que se procuraba, repercutió en Brasil desde el instante en que la metrópoli inició el desarrollo de consolidación del dominio, o sea, desde el Gobierno General. (WEHLING y WEHLING, 2005, p. 82)
Alfonso J. Palacios Echeverría