A pesar de que los pequeños de anterior a la escuela son pequeñísimos, asimismo con ellos se necesita una aceptable organización para lograr los objetivos aguardados en su estudio. Para esto hay 2 géneros de planificación: una de forma anual y otra para cada acercamiento. Las dos son herramientas excelentes para sacar adelante tu labor de comunicar la fe de manera estructurada y sistemática, como señala el Directorio General de la Catequesis (DGC). Pero asimismo por “charlar con facilidad y cariño de las cosas esenciales” y no reiterar ocupaciones, sino más bien sugerir siempre y en todo momento novedosas proposiciones.
En el presente artículo deseamos que sepas las herramientas fundamentales a fin de que hagas una buenísima planeación y de este modo encantes a los pequeños en el tema de la fe. Pero primero aclaramos 2 cosas:
Consideraciones pedagógicas del juego
Schiller (1999) ahora nos recordaba que «el hombre solo juega en el momento en que es libre en pleno sentido de la palabra, y solo es de forma plena hombre en el momento en que juega».
De hecho, solo a través del juego el hombre puede entenderse a sí mismo, ya que solo jugando el hombre es completamente libre. Solo por medio del juego el hombre se siente libre, ya que hace una actividad que está distanciada de las imposiciones de la sociedad y la civilización y puede sentirse de esta forma totalmente satisfecho, volcando en esta labor todo cuanto transporta al de el interior de manera espontánea, libre y natural. Este librarse del hombre en su integridad en algo o hacia algo es imposible en las tareas diarias, en la mayoría de los casos obligatorias y también impuestas, sino más bien solo en aquellas que se efectúan por puro exitación.
Amor propio
La espiritualidad nos asiste a entender que nuestra sola vida es importante. Asimismo, que el fácil hecho de estar vivos nos hace válidos y suficientes, con lo que no debemos enmascarar a nuestro ser interior para lograr cuadrar.
Esta se encuentra dentro de las enseñanzas mucho más útiles a lo largo de siempre. De ahí que, cerciórate de que tus hijos tengan un óptimo nivel de amor propio, que sepan dignos de cariño y respeto y que recuerden sostenerse leales a sí mismos.
¿Este lugar se siente bien para mí? ¿Esta persona me causa paz o desasosiego? ¿Estoy tomando esta resolución por convicción o por temor? Estas son ciertas cuestiones que solo la intuición puede contestar y que es esencial que los pequeños comiencen a hacerse. Alén del razonamiento lógico, en ocasiones las experiencias y los pálpitos nos presentan importante información que no debemos menospreciar. Anima a tu hijo a oír la voz interior todos y cada uno de los días. Esta va a ser la mejor guía.
Espiritualidad en la familia
En la situacion de mamás cristianas, charlar de la Divinidad con sus hijos no tiende a ser problemático. Pero en la situacion de familias que no forman parte a ninguna religión es esencial percatarse de que la iniciativa de Dios o Divinidad no es extraña a la vida de nuestros hijos. Remover este pensamiento de la vida del niño carece de sentido puesto que, de una u otra forma, le va a llegar alguna imagen sobre esto.
En el momento en que enseñanmos espiritualmente a un niño debemos interesarnos por comprender que cree él que es la Divinidad, qué iniciativa tiene. ¿Ve la Divinidad como algo separado de él o unido a su historia? Asimismo es esencial que tú te preguntes lo mismo.