A veces nuestra motivación es tan intensa que sentimos que podemos escalar el Monte Everest sin sudar. Otras veces apenas estamos lo suficientemente motivados para levantarnos de la cama. ¿Cómo se mantienen motivados los secretarios de iglesia exitosos? Simple. Han DOMINADO el arte del enfoque.
Una definición de enfoque es concentración. Es la razón por la cual los láseres son tan poderosos. Es el haz concentrado el que hace el trabajo. Debes hacer lo mismo. Tal vez has tenido un contratiempo y has perdido la motivación y no estás contento con tu carrera. Tal vez tengas un montón de cosas que hacer y estés abrumado con la idea de hacerlo todo.
Tal vez estés creyendo en Dios por una nueva casa, un auto, paz mental o paz en tu familia. ¿Te conformas con la mediocridad y la frustración diaria? ¿Sigues contento con mantener la cebada y quemarte al final de cada día? ¡Absolutamente no! Tienes que motivarte y nunca renunciar a tu objetivo. Bueno, ¿cómo te motivas? Me alegro de que hayas preguntado.
- SOBRECARGA TUS SENTIDOS – con información sobre tu sueño. Si lo que desea es una casa determinada, busque fotografías y colóquelas en su automóvil, baño y oficina. Rodéate de lo que tu corazón desea. Mantén la visión delante de ti.
- EL PODER DE LA ASOCIACIÓN: hay un viejo dicho que dice que «los pájaros del mismo plumaje vuelan juntos». Si se pregunta por qué está estancado, mire la compañía que tiene. Rodéate de personas motivadas y su entusiasmo por la vida sin duda se te contagiará. Aléjese de los chismosos y murmuradores en el trabajo. Encuentre personas que estén entusiasmadas con lo que está haciendo su ministerio y que no hayan perdido el fuego por la visión del ministerio.
- HABLE CON USTED MISMO: a veces solo tiene que mirarse en el espejo y hablar con usted mismo. Hay una historia en la Biblia sobre el rey David. Había llevado a sus hombres a la guerra y mientras se habían ido, otro enemigo entró y se llevó cautivos a todas las mujeres y los niños que quedaron atrás. Cuando David y sus hombres regresaron a casa para ver la ciudad destruida y sus familias desaparecidas, estaban angustiados. Los soldados querían apedrear a David ya que fue su brillante idea ir a la guerra y dejarlos desprotegidos en primer lugar.
David hizo algo increíble aquí… no se deprimió ni empezó a llorar ¡Ay de mí! Se ANIMÓ (MOTIVÓ) a sí mismo. Al final de la historia, ves a David y sus hombres persiguiendo al enemigo, rescatando a sus familias e incluso enriqueciéndose con el botín de la batalla.
Hay sabiduría en esto para ti. Cuando las cosas no salen como las planeaste, no te rindas.
No tires la toalla.
Motívate y sigue adelante.
Celebra las pequeñas victorias porque esto también te dará motivación para seguir adelante.
La victoria está esperando justo más allá de su tentación de renunciar.
Concéntrate en las tareas que tienes delante. Ten un objetivo y persíguelo con todo lo que tengas. Persíguelo con urgencia y simplemente no te rindas.